El carisma no se obtiene, necesariamente, a base de goles. A veces incluso indigesta. Nadie dudará nunca de que Cristiano pertenece al olimpo de los más grandes de la historia.
PorDani Garrido
Francisco Chuvieco Alvarez
De salida, a Márquez le bastaba con no arriesgar
PorAlfredo Relaño
Raúl Romojaro