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LIGA ÁGUILA

Nacional y DIM, de protagonizar finales a la decepción

Después de dominar el FPC y de ser considerada la plaza más futbolera del país, Medellín cedió su corona este semestre a Bogotá. Por segunda vez desde el 2012, la ciudad se quedó sin final por el bajo nivel de verdes y rojos.

Actualizado a
Jeison Lucumí durante el partido entre Nacional y Medellín por la Liga Águila II-2017
AS Colombia

Ha sido una década memorable para el fútbol antioqueño con el notable protagonismo de Atlético Nacional, que incluye un tricampeonato y el rótulo de ‘el más veces campeón’. Hizo lo propio Independiente Medellín, aunque en una menor dimensión. Pero lo que hizo alcanzó para traer más acción al Atanasio Girardot con cuatro finales, que le significaron su quinta (2009) y sexta estrella (2016).

Incluso, desde el 2012 cuando el Rojo de ‘Bolillo’ Gómez disputó el título con Millonarios, solo se habían ausentado en una ocasión de las finales estos dos elencos paisas. Pero en esa cadena figuración se cortó en la Liga II-2017, que hoy tiene los focos alumbrando a El Campín con la primera final bogotana en los torneos cortos.

Ha sido un semestre para el olvido. Si bien en el Finalización 2016 Santa Fe eliminó a Medellín (cuartos) y a Nacional (semifinal), para luego medirse en la final con Tolima, hubo tranquilidad entre los antioqueños por ser el año más exitoso del conjunto verdolaga con el título de la Copa Libertadores y la final de la Sudamericana, además de estar en ese momento disputando el Mundial de Clubes.

Rotundo fracaso

En el actual campeonato, los dos equipos de Medellín decepcionaron. Y el primero en hacerlo fue el ‘Poderoso’ con un inicio atípico, que incluyó escándalo por el nombramiento por 24 horas de Fabio Martínez como técnico, la llegada de Juan José Peláez y la eliminación de la Sudamericana.

Después, vivió múltiples altibajos y molestia de su afición por las salidas de Christian Marrugo y Andrés Mosquera, piezas de la columna vertebral del equipo. Eso, sumado a la novela con Juan Fernando Quintero, que incluso alcanzó a despedirse de la afición por redes sociales por su partida a la MLS, y a última hora se quedó e hizo un discreto semestre.

Con el español Ismael Rescalvo como técnico encargado no cambió mucho la situación. Él, con el apoyo en la línea de Ricardo Calle y David Montoya, no pudo ocultar los vacíos en la nómina, esos que obligó al volante Jonathan Lopera a jugar como lateral derecho desde el principio del semestre.

DIM quedó fuera de los ocho tras igualar 0-0 en la última fecha con Nacional, un resultado que además de la eliminación marcó el fin de la carrera de Mao Molina. El Decano llegó a 27 puntos, producto de siete victorias, seis empates y siete derrotas.

Campeón en deuda

Una exitosa racha frenó en seco. El proceso Lillo fracasó en menos de seis meses con la eliminación en cuartos de final de la Copa Águila y de la Liga II-2017. No logró el cometido de defender los dos títulos. Y pese a que se clasificó anticipadamente en el Finalización, en medio de críticas, el estilo del estratega español no logró cautivar a la afición.

Cargar con la mochila de los éxitos de Osorio y Rueda fue el primer obstáculo que enfrentó el entrenador. Ahí empezaron los problemas, sumado a que a última hora salieron jugadores importantes como Mateus Uribe y Andrés Ibargüen después de una extraña situación que incluyó que ambos no asistieran a entrenamientos para presionar su salida.

Luego de otra polémica, la de Elkin Blanco sin la opción de quedarse, le llegaron algunas piezas como Steven Lucumí y Andrés Rentería, pero no rindieron al nivel que se esperaba, lo mismo que el español Gorka Elustondo, la clara apuesta de Lillo para desplegar el fútbol que buscaba tener la posesión y mantener al rival en su campo.

Nacional, en medio de las bajas asistencias al Atanasio Girardot, fue avanzando en el torneo sin convencer. Hubo buenas señales, como los triunfos a Envigado y Cortuluá, pero tuvo problemas con los grandes, y solo le pudo ganar con autoridad a América, pues con Millonarios sufrió hasta que apareció Dayro Moreno como salvador.

El primer golpe al cuadro verde lo dio Patriotas cuando lo eliminó de la Copa a punta de contragolpes y con jugadores rápidos. Ahí se plantaron las dudas, que luego se convirtieron en certezas en la llave con Tolima que le impidió en los penales ser semifinalista.

El campeón se quedó sin técnico por la renuncia de Lillo, que fue respaldado con firmeza por la plantilla de jugadores hasta el punto asegurar que la prensa había propiciado el divorcio con la afición, pese a que el estilo nunca cautivó a los hinchas, los mismo que pidieron su salida tras la eliminación en la Liga.

El conjunto verde, el dueño de 12 finales en torneos cortos, se clasificó tercero con 38 puntos producto de 12 victorias, dos empates y seis derrotas. No pudo en la fase de eliminación directa y frenó esas disputas de títulos que empezó Osorio en 2013 y supo extender Rueda hasta ganar la estrella 16 en la Liga I-2017.