Los cinco aciertos de Nacional para avanzar en Libertadores
El equipo verde registró ante Libertad la mejor presentación de la era Guimarães. Un cúmulo de buenas decisiones lo instaló en la fase de grupos.
Atlético Nacional volvió a vibrar con la Copa Libertadores. Quebró las dudas por los traspiés recientes y sus expresiones futbolísticas con un golpe de autoridad digno de un bicampeón del certamen. Edificó su triunfo 4-1 sobre Libertad sin traicionar el sentir de su entrenador y encajando, por momentos, con el ADN que reclama la afición. El plantel estuvo a la altura.
Detrás de la consecución de ese objetivo, que hoy lo tiene analizando lo que será el juego con Universidad Católica de Chile y enfocado en trascender en el torneo, hubo cinco aciertos que le permitieron clasificar y tener la mejor presentación bajo la gestión de Alexandre Guimarães, con una escuadra que ha tenido sus puntos más altos precisamente compitiendo a nivel internacional.
1. Aferrarse a su fortín
La caída 1-0 en Asunción no lo desestabilizó. Sus buenos números en el Atanasio Girardot, donde permanece invicto en la era Guimarães, avalaron ese propósito de remontar la serie. Antes de esta cita definitiva, su rendimiento como local era del 96.6 %. Solo aflojó ante América, y en el último minuto en el empate 2-2. Ni hablar del impulso que suministraron sus cifras de gol: 24 anotaciones encajadas en casa –ahora 28 con la goleada 4-1 a Libertad– y apenas había recibido cinco tantos. En su plaza, como en los viejos tiempos, se ha hecho intratable.
2. Credibilidad en Guimarães
Tener convicción en el proyecto que lidera el brasileño le permitió al equipo dar un salto de calidad después de tantos ciclos fallidos con otros entrenadores. Los jugadores se apropiaron de los conceptos trasmitidos por su líder y plasmaron en el campo lo que diseñó para cada posible escenario. No dudaron de su estrategia, pese al revés en la ida. Y esa compenetración entre el plantel y el DT fue determinante para reaccionar ante la adversidad, encontrar los caminos y materializar la clasificación. A 'Guima' sus dirigidos le creen.
3. No perder la cabeza
Recibir un gol de camerino era suficiente razón para desestabilizarse. Pero Nacional asimiló en tiempo récord esa situación y enfocó sus líneas en trabajar para conseguir tres anotaciones. Con el 2-0 en contra, no perdió la cabeza ni se descompensó. Tomó los riesgos que ameritaba el desafío y entendió los momentos. Su entrenador, además de leer bien el partido, trasmitió tranquilidad y acertó con los cambios superar la fase crítica en el primer tiempo e ir con todo por la clasificación en el complemento. Coraje, carácter y corazón.
4. Versatilidad en su libreto
Más allá de los cambios de módulo, de permitir el desdoblamiento de Baldomero Perlaza, de un Yerson Candelo flecha larga o del jugársela con el doble nueve con el ingreso de Duque por Gómez, el equipo verdolaga mostró su versatilidad para lidiar con los distintos 'micropartidos' que se presentaron en la ida. Combinó todas sus versiones para salir del bache, apropiarse del juego, controlar las contras de Libertad, ganar en volumen ofensivo y ser contundente. Fue un coctel de aciertos y de libretos ante los múltiples escenarios que debió administrar para avanzar.
5. Confiar en sus delanteros
Tanto Jonatan Álvez como Jéfferson Duque se han movido entre elogios y críticas… bueno, un poco más de lo segundo. Pero el cuerpo técnico y sus compañeros nunca dudaron de su aporte. El uruguayo cumplía con su repertorio de buenos movimientos, inteligencia y sacrificio. Le faltaba el gol. Al capitán le cuestionaban su desconexión y poco aporte al colectivo. Esta vez todo fluyó. El 'Loco' encajó un gol determinante y Duque puso la puntilla con un tanto de cabeza que evocó sus mejores momentos.
Con la respuesta de sus 'Torres Gemelas' ante Libertad, cobró validez este argumento que esgrimió Guimarães hace un mes: "Los nueves son como esas botellas de ketchup que vos pegás y pegás y no sale, y cuando pegás y abrís, sale el chorro".