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LUTO

Maturana y el adiós a Freddy Rincón: “La estructura está estremecida”

El legendario DT hizo un perfil conmovedor del Freddy Rincón que conoció. Sus palabras, un homenaje al Coloso.

Francisco Maturana
Francisco MaturanaJuan PáezJuan Páez

Decenas de mensajes recibidos desde distintas latitudes lo sacudieron en los últimos días y le comprobaron que Freddy Rincón tiene “una repercusión mundial”. Pero el gesto que más impacto provocó en Francisco Maturana vino desde su círculo más íntimo, cuando quisieron confortarlo por el fallecimiento de uno de sus pupilos, al que vio convertirse en un símbolo del balompié nacional.

En estos días, en medio de mi dolor, me llamó la atención que los hijos míos me mandaron las condolencias. Ellos entienden que estos muchachos para mí son como unos hijos (…) yo los conocí a cada uno de ellos y ellos me conocieron a mí”, contó Pacho en una conferencia de prensa virtual que entregó como tributo.

En la mañana del Viernes Santo, el exseleccionador nacional emprendió un viaje por sus recuerdos con Rincón como hilo conductor. Y pese a estar compungido por su intempestiva partida, rompió sus propias reglas para pintar con sus sabias palabras la esencia del hombre que estremeció a todo un país cuando deslizó esa pelota por entre las piernas de Illgner.

“La verdad que es un momento muy complicado. Yo aprendí a compartir alegrías, pero casi siempre mis tristezas han sido para mí solo. Este es un momento difícil, pero uno entiende las preguntas y el afán de querer rendirle un homenaje a una persona intachable”, soltó Maturana como introducción.

Para el país, Rincón se sintetiza en esos puños apretados y rostro de euforia festejando la hazaña ante Alemania. Pero para su maestro, tiene más valor el camino y el proceso que lo llevó a ser protagonista de momentos cumbres.

“Mucha gente va a conocer a Freddy dándole la vuelta y con toda esa energía celebrando ese gol, el más importante que hemos tenido en un mundial por el escenario, por el rival, por el momento, por la forma cómo se construyó. Pero para poder llegar a ser ese Freddy, él tuvo que trabajar mucho. El ‘profe’ Pinto tuvo que trabajar mucho. Él fue creciendo y encontró un escenario que lo hizo crecer más”, afirmó el estratega chocoano.

Freddy, una licencia para sentirnos más fuertes

Pacho, que dirigió a Rincón en dos mundiales, retrocedió hasta 1987 cuando su segunda línea de volantes en la Tricolor eran Alexis García y Bernardo Redín. Luego transitó con la dupla Redín-Valderrama, pero exploró alternativas y ahí se gestó la llegada de una pieza de ida y vuelta: el Coloso de Buenaventura.

“En un momento determinado aparece una flecha larga. Teníamos a (Bendito) Fajardo, y Rincón se convirtió en la otra opción: dos flechas cortas y dos largas”, dijo el técnico de esa generación dorada, y agregó: “Cuando Freddy viene nos da un plus, pero no es Freddy solo. Fueron todos los jugadores con su cariño, con su capacidad los que lo hicieron mejor”.

Mientras reconstruía pasajes importantes, Pacho confesó que le cuesta hablar de Rincón de forma individual porque él hizo parte de una estructura, de un colectivo que al final de cuentas, fue lo que cautivó.

“Hoy hablamos de uno de ellos desde la certeza de que toda la estructura está estremecida porque cada uno ayudaba al otro a ser mejor. Faltando Freddy, indudablemente, nos sentimos aporreados, pero al mismo tiempo agradecemos por esa bendición que Dios nos dio de poder compartir con él, una persona que va a estar siempre con nosotros. En los momentos difíciles, Freddy estaba, era el adalid, era el primero que arrancaba, pero nunca arrancó solo. Esta vez sí arrancó solo. No sé con quién andaba”, sostuvo el exseleccionador patrio.

Por los momentos compartidos en la Selección y en América, Maturana detalló que al Coloso “era poco lo que había que decirle. Uno le pedía algo y él lo daba todo. Freddy siempre dio todo”.

Y lo demostró cuando ese colectivo que tanto pondera tuvo el agua al cuello: “Todos esperábamos cuando Freddy respiraba porque se le hinchaba el pecho y era como la licencia para sentirnos más fuertes. En los momentos en los que flaqueábamos, Freddy nos hacía más fuertes con su presencia física y su capacidad”.

El Bernabéu y la segregación

En ese repaso de homenaje, el entrenador chocoano de 73 años entró en el capítulo Real Madrid, quizá el más difícil en la carrera de Rincón. Allí se enfrentó al racismo y a la xenofobia, y no pudo imponer presencia física ni exhibir su calidad para brillar.

“No soy mucho de recomendar, pero he recomendado a tres jugadores en mi vida, uno fue Freddy Rincón. Se lo recomendé a un amigo que se llama Jorge Valdano. Era tocar el techo del fútbol jugar en el Real Madrid y más en una época en la que la segregación se imponía; no solamente era la raza sino el ser suramericano. No generaba muchas cosas buenas para uno. Yo entiendo que por ejemplo en el Real, cuando se hizo la negociación de Freddy, el Bernabéu amaneció pintado con leyendas y había una leyenda que me pareció simpática, no se me olvida. Ahí decía: ‘Un negro en el Madrid es un blanco perfecto’”.

A modo de cierre, su mentor en la Tricolor subrayó que el Coloso “deja muchas herencias” y lo describió como “una persona humilde” que dejó un mensaje inspirador a Buenaventura no solo por sus goles, sino “por su manera de caminar la vida, por sus principios y códigos”.

Y para cerrar el tributo a su hijo y definir lo que representa Rincón para el país, Maturana simplemente anticipó que “cuando vengan los extraterrestres, van a leer la historia del fútbol de Colombia y se van a encontrar con muchas personas que merecen un reconocimiento, y entre esas personas está Freddy Rincón”.