"Con el título de Millos, amigos de Santa Fe ya no me saludan"
El ex asistente técnico de Millonarios Hugo Gottardi, considera que el triunfo más grande en el equipo azul fue la recuperación de Miguel Ángel Russo.
Hugo Ernesto Gottardi, el ex asistente técnico de Miguel Ángel Russo en Millonarios, habló con AS Colombia sobre su segundo paso por el fútbol colombiano, ya no como jugador sino como asistente del equipo rival del club donde fue ídolo, Santa Fe. También contó su punto de vista sobre lo que pasó en Millonarios, cómo vivió la enfermedad de su mejor amigo y cómo sintió que serían campeones con 24 horas de anticipación.
La decisión de venir a Millonarios
“Nuestro empresario me llama y me dice que Millonarios de Colombia nos quiere y que yo qué voy a hacer por el vínculo que había con Santa Fe. Como venía viajando por carretera y tenía tres horas, yo le dije que lo iba a pensar y antes de llegar le avisaba. Analicé los pros y los contras y después me dije, 'yo soy un profesional de esto, además hace 27 años estoy con Miguel por qué no voy a poder ir’ y lo llamé y le dije, ‘vamos’”.
¿Qué pasó en Millonarios?
“Yo digo que hubo errores de parte nuestra, de parte de los jugadores y de parte de los dirigentes. La menos culpable es la gente, después, todos los demás fuimos culpables. Algún momento de error tuvimos para que se sume todo esto. Además, hay que sumar la enfermedad de Miguel, muchos, incluidos los jugadores, estaban pendientes de él, gracias a Dios el triunfo más grande este año fue su recuperación”.
¿Por qué no seguir en Millonarios?
“Yo hace rato dejé de creer en los proyectos. No hay proyectos, hay resultados. Puede haber mucho de boca para afuera, pero para adentro solo hay resultados y si estos no se te dan no hay proyecto que subsista. Nos pasó con Vélez también, un proyecto de jugar con los chicos, ponerlos, que debuten, etc., pero cuando no llegaron los resultados ya no quieren más los chicos y para afuera. Los proyectos, hoy en día, son los resultados y nosotros nos fuimos porque no se dieron los resultados”.
La enfermedad de Miguel
“Antes de mi cumpleaños del año pasado (31 de julio) estábamos jugando al golf y en medio de la conversación Miguel me dijo, ‘algo debo tener porque estoy orinando rosa’. Le dije que tenía que hacerse ver y me dijo que ya tenía una cita para la siguiente semana. El día de mi cumpleaños, que me los celebraron en la casa de él, le diagnosticaron que tenía cáncer y por ser mi cumpleaños estuvo todo el tiempo sonriendo. Estuvo bárbaro, nada de tristeza, ni de preocupación y ahí empezó todo”.
¿Cómo tomó la noticia Russo?
“Lo único que él quería era terminar ese campeonato y estaba convencido de que iba a salir campeón. Él me decía, ‘Dios te da unas cosas y te quita otras’. En una entrevista dijo un día que yo le había dicho en una pelota parada el día de la final que íbamos a salir campeones, por cómo veía que estaban metidos los jugadores. Pero él estaba más que convencido que íbamos a salir campeones”.
El día anterior sintió que serían campeones
“El día anterior a la final estábamos haciendo trabajo táctico y yo le dije a Miguel, ‘somos campeones por esto y por esto’. Dentro del partido, cuando hicimos el segundo gol, volví y le dije a Miguel, ‘somos campeones’ y no por el gol en sí, sino porque uno veía la cara de los rivales y se veían abatidos”.
El calvario en los clásicos
“Siempre de arriba, en los clásicos de visitante, venía el insulto. Pero yo los comprendo porque el fútbol tiene esas cosas pasionales y hay gente que no las sabe asumir. He tenido amigos desde cuando yo estaba en Santa Fe que cuando ganamos el campeonato acá, no me saludaron nunca más, ni hablé nunca más con ellos. Después se les pasará. Pienso que el 90 por ciento de los que van a la cancha de Santa Fe no me vieron jugar. Escucharon de mí pero no me vieron y el que insulta desde arriba no te vio jugar”.
¿Cree que perdió su condición de ídolo?
“Fui ídolo para la gente de 40 años para arriba, pero de la juventud no porque no me vieron, no saben quién soy, no me conocen. Uno es ídolo cuando está vigente. Por ejemplo, yo fui ídolo de Estudiantes pero pasaron tantas generaciones que hoy son otros los ídolos. Por ejemplo, en Santa Fe es un verdadero ídolo Omar Pérez que ganó todos los campeonatos, estuvo nueve años acá y se tuvo que ir. Así es la vida de todos, ya pasó, van a venir otros y de acá a 30 años ya no se van a acordar más de él, todo pasa y hay que saber asumirlo”.
Lo que deja en dos años en Bogotá
“Dejamos muchos amigos. Antes tenía a los santafereños y ahora tenemos también a los de Millonarios. De los santafereños tengo gente que conozco desde hace 30 años y sigo con ellos, me invitan a comer y ahora lo hago con los de Millonarios. Tengo gente de los dos lados que me quiere, pero lo de Millonarios es reciente y creo que se van a acordar mucho más de Gottardi que los de Santa Fe porque la nueva generación roja no sabe quién soy”.
La relación con la hinchada azul
“Lo que más me sorprendió, para bien, es el cariño de la gente. Ahora nos invitaron a varias despedidas y homenajes. Sobre todo de la hinchada. Nos invitaron a comer y todo eso es muy bueno, porque me fui bien de acá. Está bien, gané dos campeonatos, pero con todo y eso me hubiera podido ir mal. La verdad nos fuimos muy bien y con todo el cariño de la gente que es lo más importante, después, todo lo demás pasa”.
Los jugadores que dejan con proyección
“Hay una parte que me tocó a mí. Hice debutar a varios chicos como Omar Andrés Bertel, Juan Camilo Salazar, Christian Camilo Huérfano, Nicolás Esteban Murcia, Breinner Paz. Todos ellos tienen buen futuro. Abajo hay un par de chicos que vienen ya remándola, que si siguen con la política de verlos pueden salir, pero si nadie más los mira se pierden”.
Es diferente irse como técnico que como jugador
“Son diferentes sensaciones. Cuando yo me fui de Santa Fe seguía activo como jugador, y regresaba a mi club, Estudiantes De La Plata, que lo había dejado por venir acá. Ahora se da que uno tiene que irse bien con toda la gente, incluidos con todos los del club, porque hemos hecho un trabajo digno”.