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LIGA ÁGUILA

El DIM de Zambrano se ganó el respeto y los aplausos

El Medellín no consiguió la séptima estrella, pero ganó el primer lugar en resiliencia. Se quedó con el botín, un récord, el cupo a la Libertadores y el reconocimiento de su afición.

Actualizado a
Medellín, finalista de la Liga Águila-II 2018
Diego PinedaColprensa

Finalizar como el mejor equipo de 2018, con 86 puntos en la reclasificación, muestran el talante de Independiente Medellín, que mostró rebeldía frente a 4-1 lapidario y estuvo cerca de la hazaña ante su afición.

Entre aplausos se marcharon los dirigidos por Zambrano tras el 3-1 con Junior. Y aunque ese resultado no valió la estrella, el gesto del público valoró la resiliencia de un grupo que carácter cada vez que se levantó. 

Irse con cupo a la Copa Libertadores 2019, el goleador de la Liga II y el récord de anotaciones en el FPC con los 20 tantos de Germán Cano, trae algo de alivio en medio de la frustración, pues el Poderoso tenía fútbol para hacer conseguir el título. 

Este semestre no tuvo el gran acompañamiento de otros torneos, pero se las arregló con los aficionados que creyeron para caminar hacia la final con Junior, en medio de tropiezos y pruebas supo sortear. 

Perdió poder sin Didier Moreno, quien se marchó en agosto a cumplir el sueño de jugar en Europa. Ahí empezó el suplicio de la era Zambrano, sin reacción inmediata y con Luis Luna y Jonathan Barboza como decepciones. 

Con seis partidos sin ganar, el DIM tomó distancia de los lugares de privilegio, y los rumores de crisis se potenciaron hasta poner a tambalear al cuerpo técnico que reemplazó a Ismael Rescalvo y su staff. 

Una conferencia de prensa como catarsis para despegar. David González, Germán Cano, Yulián Anchico y Hernán Pertuz, en su papel de líderes, le pusieron el pecho a la situación y admitieron que en ellos estaba darle giro a esta historia, de la mano de un DT experimentado. 

El ejercicio funcionó. De menos a más fue el equipo, que en la pareja conformada por William Parra y Larry Angulo encontró la fórmula para dispararse, al ganar equilibrio y darle libertad al tridente Ricaurte-Caicedo-Cano. 

Así consiguió ser quinto con 34 puntos para rivalizar en las finales con Bucaramanga, Tolima y Junior. Al final, pagó caro el resbalón en el ‘Metro’, pero cerró este año con un equipo que se ganó el respeto de todo el fútbol colombiano al plantar cara ante el ‘Tiburón’ con tres goles de diferencia. 

El #JuntosXLa7 se convirtió en un mantra que estuvo cerca de funcionar. No se dio, pero preparó a Medellín para el 2019, en el que contará con la complicidad de la afición, jugadores más maduros y Zambrano como guía. 

Entre sus logros está el resurgir de Parra, el descubrimiento del juvenil Brayan Castrillón y el despertar de Leo Castro con dos goles en la final. Pero la mayor ganancia del DIM está en la capacidad que reinventarse en la adversidad. Ha sido un digno subcampeón.