'Alcatraz', gol olímpico y nostalgia: "Aguanté hambre"
El samario, autor del gol olímpico con el Pasto frente al América, hizo un repaso de sus buenos y agrios momentos. Y fue crítico de la actualidad del equipo ‘volcánico’: "Nos está faltando hombría", tiró a AS.
Mientras el nombre de Gilberto García es ubicado en el cuadro honorífico del Fútbol Profesional Colombiano, el jugador tras el gol olímpico del descuento al América (3-1), agradece a la vida, porque le permitió superar complejos momentos, y sostuvo que la ruidosa anotación le generó un "sinsabor", porque, "pudimos haber conseguido más, por las ocasiones que generamos, y porque el equipo estuvo desconcentrado en los goles del América".
Al tiempo, se mostró autocrítico de la realidad que vive el Deportivo Pasto -penúltimo en la clasificación y a 9 puntos del descenso- "me siento muy mal, porque soy hincha, porque es la ciudad que me lo ha dado todo, donde conocí a mi esposa y formé mi linda familia, y en donde me pienso quedar por el resto de mi vida. Quisiera estar peleando cosas importantes, pero, los jugadores grandes no estamos en el mejor momento. Esto es culpa de nosotros, que somos los que entramos a la cancha. Pienso que nos está faltando hombría, por eso estamos cerca del descenso. Ahora la prioridad es ganar sí o sí los partidos de local", sostuvo el funcional jugador (27 de enero de 1987), quien ahora está siendo posicionado como mediocampista de ida y vuelta.
Y en el repaso de su vida en el fútbol, luego de sumar nueve clubes en su trayectoria -entre ellos el Valladolid de España-, reveló sobre su momento más amargo: "Cuando Deportes Tolima me entregó los derechos, quedé sin rumbo, y en el 2009 estuve muy cerca de retirarme. Fue un momento muy difícil, en el que aguanté hambre y pasé muchas necesidades. Luego del Tolima, fui a Bucaramanga y perdimos la categoría. Me quedé sin equipo. Viajé a Santa Marta, me presenté al Unión Magdalena, me dejaron entrenar 15 minutos y el técnico (Néstor Parada Silva) me dijo que ya tenía el equipo. En ese momento decidí dejar el fútbol y dedicarme a estudiar, porque mi madrina iba a asumir los costos. Esa noche me llamó José Augusto Cadena para que volviera a Bucaramanga. Me ofreció un millón de pesos, que no me alcanzaban ni para la cuota de un carro que estaba pagando. Ese millón se lo enviaba a mi mamá para las deudas y me quedaba sin un peso, y ella me enviaba panela, atún y pasta, eso comía todos los días. Ahora lo recuerdo con gracia, pero mi mamá en ocasiones no tenía para enviarme ese mercadito".
El gol Olímpico: "Desde que cobró Arias y el balón se fue al córner, tenía claro que iba a patear el arco. Luego, cuando me paré frente al balón, vi que Armero no estaba cerca del palo y que Bejarano estaba alejado de la línea de gol. En ese momento me llené de más seguridad y tiré a meterla allí. Pero no fue producto del azar. Yo me quedo con Villota practicando, y apostamos, en los penaltis, en los tiros libres, los goles olímpicos. El gol que quedará para la historia, es producto de un trabajo. A Cristian Vargas le hacía muchos goles en los entrenamientos con Nacional y en el Pasto, le he hecho bastantes a Cabezas. Eso es producto del trabajo, no del azar".
Su maestro en los tiros libres: "Le aprendí a John Charria, en el Deportes Tolima. Yo no cobraba porque él era el número uno y luego estaba Arizala. Me quedaba viéndolos trabajar. Era impresionante la pegada de Charria, con derecha e izquierda. Él me dio algunos consejos que luego puse en práctica. Y empecé a patear en el 2010 e hice mi primer gol con el Pasto, en la B, se lo convertí a Academia Compensar. Ese día ganamos 1-0. Y en el 2011, hice 13 goles de tiro libre, que ayudaron para que el Pasto lograra el ascenso".
La clave de sus tiros libres: "Le pego a la válvula del balón, fuerte, con el borde interno. Inclino un poco el cuerpo, buscó el balance perfecto y la válvula".
Lo frustra el momento actual: "Todavía tengo contrato con Atlético Nacional y uno siempre guarda la posibilidad de volver, además, porque viví dos años muy fructíferos con el equipo, entonces, uno se habitúa a ganar. Luego de que salí de Nacional, he tenido 2 años muy duros, en el Once Caldas y ahora aquí con el Pasto. Me siento un poco frustrado. Sin embargo, nunca me he ahorrado una gota de sudor. No me gustaría irme, dejando al equipo en la situación en la que está (…) Otra deuda que tengo, es no haberme consolidado en Europa. Me arrepiento de no haber luchado".
Santiago Arias en el Atlético de Madrid: "Dejó una huella en la Liga holandesa, y ya necesitaba ese cambio. En el Mundial, fue de los más regulares. Es un trabajador silencioso, que rinde, y eso es lo que necesita la Selección; jugadores que se entregan por la camiseta. Ahora se está adaptando al fútbol de España y a un club nuevo, donde es difícil llegar y encajar. El estilo de juego de Santiago, se ajusta al del ‘Cholo’ Simeone con el Atlético. En pocos meses lo veremos consolidado".
Su visión luego del fútbol: "La idea es tener mi escuela de fútbol. Ya tengo una fundación en Ibagué -Fundación ‘Alcatraz’ García., voy a instalar otra en Pasto, y más adelante las quiero convertir en escuelas deportivas. Además, mi representante, Federico Arboleda, me ofreció trabajo en su agencia. Entonces, estoy buscando la posibilidad de hacer un curso de representación deportiva. La idea tras retirarme, es estar tranquilo, lo cual no se logra en la dirección técnica".