Festejo en la burbuja
Dos mandatos y una promesa incumplida. Reinaldo Rueda pidió concentración e intensidad en la previa al partido frente a Argentina y de eso faltó todo hasta el minuto 10. Cuti Romero y Leandro Paredes (golazo) ya habían puesto a ganar a Argentina 2-0 en su visita a Barranquilla. Un precio muy alto.
En el Metropolitano Reinaldo apostó por un 4-3-3 (4–1-4-1) como sistema de inicio con Jefferson Lerma en el mediocampo y Luis Muriel fuera de los 11. Una decisión que tuvo que reversar pronto, muy pronto. Sin embargo, a tiempo para que el equipo encontrara respuestas, juego colectivo. Muriel a la espalda de Paredes fue un dolor de cabeza para Argentina.
Luego vinieron Barrios, Cardona, Borja y un penal que puso en valor las ganas de jugar de otra manera. Muriel festejó con un abrazo al entrenador: renovar lealtades es imprescindible en el fútbol. Fue un gran partido de Cuadrado, alejado del imaginario de la banda-y-solo-la-banda que lo acompaña. Pero al frente estaban Messi, su equipo, Tobar que decidió parar el juego siempre y algunas malas decisiones propias.
En el último minuto, Juan Guillermo levantó una pelota que Miguel Ángel convirtió en gol de cabeza. Festejo en el Metropolitano y mérito para Reinaldo. El entrenador trabajó el partido a pesar del resultado. Hay convicción en el equipo para responder a la idea, incluso ante lo que parecía un desastre ineludible. Creen.
La burbuja del fútbol
Colombia empató ante Argentina en el minuto 90 y el fútbol comprueba que vivimos en una burbuja. Hubo 11.000 personas en las tribunas del Metropolitano en tiempos de pandemia y estallido social. Un operativo de 4500 policías en toda la ciudad, 2500 en los alrededores del Metropolitano, 10 drones y un helicóptero para garantizar la seguridad del Colombia vs Argentina por Eliminatorias.
Colombia es también ese país que no vemos. Es todo lo que pasa mientras el fútbol emociona (porque representa mucho de lo que queremos ser). Las protestas a las afueras del estadio, la falta de oportunidades para muchos, las víctimas de la movilización social. Los estruendos a la distancia mientras Muriel celebraba en el Metropolitano. No alcanza para cantar victoria.