Minga indígena: los motivos por los que su paso por Bogotá fue resaltado como impecable
El pasado domingo 18 de octubre, más de 6 mil indígenas llegaron a Bogotá para presentar sus exigencias al Gobierno Nacional.
El secretario de gobierno de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, elogió el paso de la Minga Indígena por Bogotá, no solamente porque las manifestaciones y marchas que hizo en la ciudad se hicieron de manera pacífica, sino porque el Palacio de los Deportes, sitio en donde fueron hospedados, quedó impecable luego de su partida.
"La Minga marchó masiva y pacíficamente para que el país supiera que los están matando y que Iván Duque no los escucha. Ya cargaron sus chivas para volver hoy a sus resguardos, pasando antes por la Plaza de Bolívar. Ojalá Colombia comprendiera mejor a este pueblo luchador", dijo Gómez.
Antes de llegar a la capital, la Minga Indígena pasó por Armenia, Ibagué, Fusagasuga y Soacha y en la tarde del domingo entraron a Bogotá. Aunque buscaban tener una reunión con el Gobierno en cabeza del presidente Iván Duque, no lo consiguieron y a pesar de las acusaciones del Ministerio de Defensa, que indicó que la manifestación estaba infiltrada por las disidencias de las Farc, los indígenas demostraron que no era cierto.
¿Por qué la Minga dio ejemplo de civismo y buen comportamiento?
La Minga estuvo en Bogotá desde el domingo en la tarde y regresó a su territorio el miércoles luego de pasar por la Plaza de Bolívar. A su paso por la ciudad, dejó ejemplo de respeto, civismo y pacifismo. No hubo un solo acto de vandalismo y tampoco infiltrados que quisieran enfrentarse a la Fuerza Pública.
En un informe del diario El Tiempo se destacaron siete aspectos en los que la Minga dio ejemplo y desmintió al Gobierno con su comportamiento. El primero fue la protección a los bienes púbicos, también la limpieza en el Palacio de los Deportes, donde se hospedaron y hacer una movilización organizada.
Así mismo, establecieron mecanismos para evitar infiltraciones, mantuvieron su propia movilización, usaron canales democráticos, pues la Cámara de representantes le abrió sus micrófonos a los líderes mingueros y por último, se mantuvieron al margen de intereses partidistas.