Sobrino de Andrés Escobar: "Es irremplazable, su legado vive"
Felipe Ángel Escobar habló con As Colombia del legendario central que después de 25 años de su muerte continúa despertando admiración.
"Todavía lo lloro mucho", confiesa Felipe Ángel Escobar al recordar al hombre que le dio "la niñez más hermosa" y que le arrebataron hace 25 años en un episodio trágico que elige no recordar, pues antepone los valores que su tío trasmitió incluso a las nuevas generaciones.
No ha sido fácil ese cuarto de siglo sin Andrés Escobar, el ídolo que lo llevaba al colegio, el que tomaba de mano al ingresar a la cancha o el que lo hizo "vivir un sueño" cuando lo recogía en su casa en compañía de 'Chonto' Herrera, Faustino Asprilla o René Higuita.
Para él, los diez años que compartió con su tío fueron suficientes para entender que "era único" y asegurar que el Andrés que disfrutó en privado era aún más grande que el futbolista que conoció el país. "Era increíble en todo el sentido", expresó el sobrino del legendario '2'.
En entrevista con As Colombia, Felipe evocó al 'Caballero del fútbol', repasó sus mejores recuerdos y habló del símbolo en el que se convirtió.
Ya son 25 años sin Andrés…
"Es una fecha difícil. Es de esos años en los que hacen homenajes… parece que el tiempo no pasara. Las emociones son las mismas, de tristeza pero también de grandeza y orgullo por todo lo lindo que él fue. Hay que olvidarnos de ese momento trágico, que obviamente tenemos que conocer, para quedarnos con lo bueno y con lo que fue Andrés para Colombia y para Antioquia".
¿Cómo recordarlo después de tanto tiempo de su partida?
"Simplemente hay agradecimiento con la vida y con el legado que Andrés dejó en todos nosotros. Que todavía, después de 25 años de su muerte, lo tengamos tan presente a él y a su legado… eso es haber trascendido. No pienso en la violencia o en por qué lo mataron. Me quedo con lo grande que fue y con que las nuevas generaciones lo lleven en su corazón sin haberlo conocido".
¿Cuál es su mejor recuerdo con Andrés?
"Son demasiados. Cuando llegaba a mi casa sin avisar, después de estar en la Copa Libertadores, y me decían 'hijo, levántate que vino Andrés'. Eso era especial. Era como romper las reglas de un niño chiquito que tenía que levantarse para el colegio. Era romper las reglas porque había llegado mi gran ídolo".
¿Qué significó para él conseguir esa Copa Libertadores en 1989?
"Él dijo que la Selección Colombia fue algo grande con los mundiales del 90 y 94, pero lo más grande fue haber ganado la Copa Libertadores con Atlético Nacional, el equipo de sus amores. Mi mamá recuerda cuando Andrés le regaló esa medalla. Todavía la tiene. Que Andrés haya sido parte de esa conquista es muy grande".
Como familia, ¿qué piensan del símbolo en el que Andrés se convirtió?
"Es impresionante saber que personas lo tienen tatuado, que jóvenes y niños lo siguen… muchos de ellos no saben cómo era Andrés como futbolista ni como persona, solamente con lo que le dicen sus seres queridos lo aman de esa manera. Eso no tiene precio".
¿Qué imagen tiene presente de su tío en la cancha?
"Yo salía con él a la cancha en el 80 % de sus partidos. Siempre me vinculaba con todos los jugadores a tocar un poco el balón. Había ocasiones en las que René (Higuita) me decía 'haceme dos o tres penales', y el Atanasio con 45 mil personas. Era un niño que no tenía noción de lo que estaba viviendo. Le agradezco a la vida esos momentos, salir a la cancha, la oración, el grito de 'Nacional, Nacional, Nacional' junto a él".
Pasan los años y los hinchas de Nacional siguen buscando al sucesor de Andrés…
"Hay unos jugadores con una capacidad técnica increíble, que pueden ser iguales o hasta mejores que Andrés, pero él tiene su lugar y su momento especial con la hinchada por su manera de jugar y su forma de ser, que será irremplazable. Por eso el homenaje de Nacional en su camisa con la palabra 'Inmortal'. No hay nada que lo supere o lo iguale. Ojalá que otros futbolísticamente sean mejores, pero Andrés ya dejó su huella".