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AMÉRICA

Torres: "Dentro de la cancha no conozco familia ni amigos"

El nuevo zaguero central del América contó a AS sus épocas como amateur. Caminaba largas horas para entrenar. Fue compañero de Santos Borré, quien a veces, “se me quitaba” en la disputa por el balón.

Marlon Torres, refuerzo de América
Oficial - América

Henry Peralta, el entrenador que más lo impresionó en sus épocas de amateur, le susurró un mensaje que Marlon Torres (Barranquilla, 17 de abril de 1996) ha seguido disciplinadamente durante su acelerada vida como futbolista. “Él siempre nos mentalizó que mientras uno más trabaje, el cuerpo lo agradece y el fútbol le dará su recompensa”, destacó el nuevo zaguero central del América de su formador en la escuela de fútbol Neogranadinos en Barranquilla, donde compartió con el hoy delantero de River Plate. “Ambos nos teníamos respeto, porque él era bastante rápido, aunque sabía que dentro de la cancha no reconozco ni familia ni amigos, y a veces cuando íbamos en la disputa por el balón, se quitaba”, comentó sobre Rafael Santos Borré.

Por esa sugerencia que ha continuado como modelo de vida, el esfuerzo de Marlon por llegar a la élite del fútbol iniciaba desde mucho antes de arribar a la cancha en la que a diario se entrenaba. “En mi casa había un patio grande con un árbol de ciruelas, yo las bajaba y las vendía en el colegio. Eso me servía para el agua o comer en el camino mientras iba a entrenar. Todos los días me iba y me regresaba a pie. Entrenábamos a las 6 de la tarde y yo me iba a las 2. En el camino había un lugar para hacer ‘barras’ (fortalecimiento físico). Terminábamos de entrenar a las 8 de la noche y me regresaba hasta la casa”, contó Torres.

Indesmayable en su formación física diaria, también fortaleció su mente luego de que llegó al Atlético Nacional, con solo 16 años, tras demostrar sus aptitudes con la Selección Atlántico. No se dejó turbar por la soledad, porque en su mente quedó grabada la frase del profesor Peralta. "Todos los días hablaba con mi familia, y frente a mi casa había un parque y me la pasaba haciendo ‘barras'". Luego, el profesor Juan Carlos Osorio lo ascendió al primer equipo e hizo parte de las nóminas de los ‘verdolagas’ que celebraron el Apertura y el Finalización de 2014 y 2015, respectivamente, además de la Superliga en 2016. Y después de una temporada con Leones, llegó a Bucaramanga, donde asegura “me di a conocer”.

En el conjunto ‘Leopardo’ coincidió con Fernando ‘Pecoso’ Castro, quien lo motivó a vincularse al América. “Recuerdo que llegó a Bucaramanga cuando estábamos bastante mal en lo futbolístico, y todo mundo se puso muy contento, en especial la hinchada. De nuestra parte hubo un poco de nervios. Sin embargo, aprendí que el defensa central siempre se tiene que hacer respetar y que las habilidades que uno tiene se explotan trabajando duro. Eso le gustó a él, ver cómo me entrenaba al ciento por ciento. Los jugadores terminamos agradecidos con él”. 

Después de convivir con la presión en Nacional, se supone que no le pesará la del América… “La presión siempre va a existir en el fútbol. En Nacional desde las divisiones menores te enseñan a jugar con presión. Tuve como preparador físico a Juan Carlos Quintero, a quien le gustaba todo a la perfección, y Nelson Reyes nos generaba mucha presión”.

Su sentir tras llegar al América:Siento mucha felicidad de llegar a otro equipo grande como América, que es uno de los más grandes del continente, después de haber estado en Nacional. Hay que aprovechar al máximo esta oportunidad. Cualquier jugador quisiera venir acá a dejar una huella. El profesor ‘Pecoso’ fue uno de los que me motivó a venir. Sé que va a dar lo mejor de él para que yo pueda demostrar todas mis condiciones. Con la bendición de Dios, así lo lograré”.

Las enseñanzas de Juan Carlos Osorio: “Es un hombre muy exigente, muy buena persona que siempre desea explotar al máximo tus cualidades. Fue quien me subió a la profesional y me enseñó a filtrar los pases y a llenarme de carácter”.

Las enseñanzas de Reinaldo Rueda: “Es muy tranquilo. Es uno de los técnicos que te dejan jugar libremente y te llena de confianza para que te muestres en la cancha”.