Nacional queda eliminado de Libertadores ante Tucumán
El equipo verde intentó pero no logró una nueva remontada en el Atanasio. Nacional ganó 1-0 en casa con gol de Duarte, pero la derrota en Argentina 2-0 lo dejó fuera.
Un doloroso adiós le dio Atlético Nacional a la Copa Libertadores 2018. El “accidente” en Argentina, como denominó Jorge Almirón la caída 2-0 en la ida, lo sentenció al final de la serie con Atlético Tucumán, que jugó los 180 minutos con oficio y corazón para alcanzar una histórica clasificación a los cuartos de final tras eliminar a un bicampeón.
El 1-0 en Medellín no alcanzó. Ese segundo gol que lo acercaba a la remontada nunca llegó, pese a que 25.363 espectadores empujaron. Esta vez, las ganas y el ímpetu no fue suficiente, pues al frente hubo un rival humilde que supo aguantar.
Hizo su apuesta el DT en el once inicial con Christian Vargas y Vladimir Hernández. Le vinieron bien al funcionamiento en un partido que dominó de principio a fin el Verde, pese a que recibió un anunció del equipo tucumano a nueve minutos del inicio con un remate de Rodrigo Aliendro que detuvo en dos tiempo el portero pereirano.
Esa acción fue simple guiño del conjunto argentino a ese deseo de conseguir un gol que diera la tranquilidad tras ganar en casa 2-0 en un partido correcto. Pero el entorno jugó y le dio entrada a la mística verdolaga cuando el equipo hizo méritos para acortar la diferencia con el impulso de su afición.
Un bálsamo llegó con la anotación de Ómar Duarte (12’) en un jugada colectiva que supo ajustar Vladimir y que finalizó bien el centrodelantero ante la impotencia de Cristian Lucchetti, que se hizo figura con el paso de los minutos pues con el 1-0 fue todo un monólogo del local mientras que Tucumán hacia la lucha cortando juego, apelando al roce y, de vez en cuando, a la provocación.
Nacional pudo haber igualado la serie en el primer tiempo. Lo táctico marchó con volantes lúcidos que se encargaron manejar los ritmos para aprovechar el ancho de la cancha. Hubo fútbol de banda. Pero el rol estelar se lo tuvo Felipe Aguilar. Y no fue por sus intervenciones en defensa, aunque ahí estuvo aplicado.
El central tuvo más chances de gol que cualquier delantero. Cayó siempre con sorpresa al mejor estilo de un ‘9’ para ponerle trabajo a Lucchetti, que estuvo a la altura en Medellín para intentar hacer historia con los tucumanos en la Libertadores.
Aguilar envió la pelota por encima en la primera que tuvo, pero luego se reivindicó con un cabezazo que no terminó en gol por la atajada del capitán del rival, que le ganó el duelo a zaguero en un par de incursiones más en el partido, como también lo hizo frente a Aldo Leao Ramírez a tres minutos del final del primer tiempo.
Para el equipo de Ricardo Zielinski, lo mejor que tuvo en ataque fue un remate de Leandro Díaz en una pelota que cazó cuando aflojó el mediocampo verdolaga. Luego ajustó para darle fútbol a los laterales, en una clara apuesta por abrir los costados para intentar penetrar con los laterales, además de Vladimir.
Duarte, que se movió muy bien en los primeros 45 minutos, se apagó para el complemento, pero el ingreso de Steven Lucumí le vino perfecto al juego. Por su banda se cargó el juego y consiguió sumar suficientes apariciones para sugerir que el segundo gol llegaría. Pero no hubo tranquilidad para la definición y los tucumanos se defendieron con el cuchillo entre los dientes.
Ya volcado en ataque, Lucumí entró al área con rebeldía, pero San Román lo derribó. El silbato ignoró la acción, como también lo hizo en una aparente mano, cuando el cuadro verde mejor jugaba y Aguilar volvía aparecer libre para presionar a Lucchetti, que siempre estuvo bien ubicado y salió rápido cuando Deiver Machado lo amenazó.
La pelota quieta no le abrió la puerta de la clasificación. Con Daniel Bocanegra en el banco, Dayro Moreno se hizo cargo de los cobros. No tuvo éxito. Resultado fácil para el portero, y tampoco pudo encontrar la grieta para protagonizar esas acciones que acostumbra a registrar en la Liga.
En el libreto de Tucumán se mantuvo firme la idea de aumentar su ventaja. Estuvo cerca de conseguirlo. Una chalaca de Bruno Bianchi trajo riesgo tras un tiro de esquina, pero Vargas se vistió realmente de salvador en un descuido de Jorman Campuzano al atajarle a Díaz en un mano a mano al minuto 79.
Los nacionalistas no pararon de insistir. Incluso cuando el reloj jugó en contra y el ingreso de Gustavo Torres no le aportó, pues no trajo el desequilibrio esperando y sus impresiones llenaron de ansiedad a la tribuna. En el campo fue un puñado de ganas sin orden. Y no la pudo embocar. Así se fue el sueño de avanzar en la Copa entre el coro: “Alza la voz, alza la voz, se acabó el tiempo de Almirón”.
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