Carlos Bacca marca en derrota de Villarreal ante el Athletic
El gol del colombiano no fue suficiente para evitar la segunda caída consecutiva de su equipo en la Liga de España. Es el noveno gol del ex Milan en el torneo.

Visto lo visto, conviene aclararlo. El Villarreal, de capa caída, aún lucha por Europa aunque insista en complicarse. El Athletic, imperioso como no se recordaba, es el que vive en zona de nadie mientras busca un nuevo entrenador. Partidos como éste demuestran que pronosticar es de atrevidos y que lo del favoritismo es un ejercicio relegado para las madres. Ziganda dio un serio meneo a Calleja por tierra, mar y aire que abre un debate en el futuro del Submarino y que permite al Athletic ganar en el estadio de La Cerámica en Liga 14 años y 13 partidos después. Su última alegría fue en 2004 con un gol de Jonan García, ahora en la cárcel.
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El Villarreal no pudo encarar peor este partido. Un día antes Calleja se cargó a Castillejo de la lista, castigando su pobre rendimiento en los últimos partidos y quizás recordándole que no puede estar más atento a las novias que a los objetivos. El debate y el ambiente enrarecido no venían solos. El técnico tuvo que dejar fuera dos horas antes a Víctor Ruiz por gastroenteritis, en el minuto 6 perdió a Fornals por un nuevo y escalofriante desvanecimiento y en el descanso se vio obligado a cambiar a Bonera por otra dichosa lesión. No es extraño que el Submarino pareciera descolocado. El Athletic acabó de marearle. Todas las noticias ofensivas del primer tiempo fueron suyas. Desde el gol de Córdoba en el 4’, tras un centro de Williams, hasta otra ocasión de Raúl García que repelió Asenjo como si fuera Paco Sedano.
El Athletic lo hizo todo bien. Si no goleó fue porque Asenjo tiene poderes. Sólo demostró ser humano cuando Raúl García volvió a probarle con un punterazo envenenado y despejó como pudo al centro para que Williams, una centella en el área, sacara cuerpo y medio a los demás en el rechace y machacara. Él mismo, en estado de gracia, pudo sentenciar después varias veces, pero el portero lo evitó. Ya nadie pensaba en Aduriz. El Villarreal, sin creer ni inquietar, se plantó en una jugada aislada en el área con una arrancada de pillo de Bacca, que pudo haber hecho falta, en la que robó un balón a Núñez en una acción sin aparente peligro para batir a Kepa con el exterior. Su gol hizo que a veinte minutos del 90 aún hubiera chicha. Sin embargo, la única sorpresa hasta el final fue ver a Jaume Costa pelearse con el médico del Villarreal. La emoción fue volver a ver a Muniain jugar y marcar.
