Bacca hace asistencia para la victoria del Villarreal al Getafe
El delantero colombiano jugó 81 minutos en la victoria del Villarreal 1-0 ante el Getafe. Bacca tuvo dos opciones para aumentar la diferencia, pero no tuvo suerte.
Asenjo decidió esta apasionante y primaveral lucha por Europa. El portero, en perpetua fase de superación, detuvo dos penaltis al Getafe con 1-0 en el marcador que había estrenado Ünal en el inicio y permitió al Villarreal maquillar un partido donde pareció estar tieso tras los zarpazos sufridos por el Lyon. La victoria permite al equipo de Calleja volver a ganar tras un mes de febrero aciago y confirmarle en los puestos de privilegio; un paraíso al que aspiraba el Getafe pero para el que, de momento, le falta fútbol y sobre todo acierto.
El Villarreal no está para gustarse, sin brillo ni piernas, así que se olvidó de su atrevido rombo en medio campo, abrigó a Javi Fuego con la presencia de Trigueros y dio prioridad a la consistencia en detrimento del desenfreno. Su plan, poco vistoso sin Rodrigo ni Fornals, se vio pronto reforzado con un gol decisivo a los tres minutos. Castillejo filtró con exquisita precisión un pase interior a Bacca, con el que el colombiano habilitó a Ünal en el segundo palo. El turco finalizó con algo de fortuna, pero volvió a demostrar con su desmarque que su progresión como matador no deja de dispararse con sólo 20 años.
El tempranero tanto descolocó por completo a Bordalás. El técnico del Getafe había apostado por un 4-2-3-1 sin Jorge Molina para intentar sacar petróleo entre líneas, así que de inmediato ordenó un 4-4-2 donde la misión de Rémy era peinar el abusivo juego directo. Su equipo no mejoró demasiado, pero al menos se encontró por el camino un primer penalti infantil de Javi Fuego en el 35’ pese a que, se supone, es él quien ha llegado en enero para aportar la experiencia que faltaba. Asenjo le permitió respirar aliviado al detener el tímido lanzamiento de Ángel. Sánchez Martínez fue criticado por su decisión de castigar una jugada dudosa, por lo que hizo la vista gorda en el rechace cuando Jaume Costa volvió a saltarse las reglas: dio con la mano al balón al tenerla separada mientras protestaba.
Bordalás veía que la opción de pelear por Europa se esfumaba, así que metió a Jorge Molina tras el descanso en lugar de Gaku. Se la jugó con tres delanteros. El resultado de la apuesta fue inmediato. En la primera acción en la que participó (50’) forzó un penalti de Jaume Costa, que culmina su semana de los horrores tras su expulsión en la Europa League y su baja en Eibar al ver la quinta amarilla. Tan importante se vio Molina con su aportación que le quitó el balón de las manos a Rémy para lanzar la pena máxima. Lo tiró igual de mal que Ángel y Asenjo lo paró igual de bien que antes redondeando un partidazo. El Villarreal, desde entonces, prefirió reforzar sus mandamientos: a falta de brillo, esfuerzo. Si mejoró en el tramo final fue porque Rodrigo saltó del banquillo y puso cordura al juego. Qué manera de mandar. Su sola presencia cambió el panorama. Escondió el balón al Getafe, que quiso pero no supo: no tiró a portería en toda la segunda mitad. Quizás ya sabía lo que había. La presencia de Asenjo. Un guardameta que no sólo supera lesiones graves de rodilla como si fueran espinillas, sino que mira a Rusia sin disimulo a base de exhibiciones.
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