Ex gerente del América: "Polilla fue el espejo para los menores"

Jairo ‘Chancha’ Bernal, el legendario kinesiólogo del América, sostiene que solo un jugador con la jerarquía de Jorge Da Silva, era capaz de lanzar con acierto un penalti en el minuto 90, mientras muchos de los presentes en el Pascual Guerrero, prefirieron darle la espalda a la acción. ‘El Polilla’, cobró fuerte y rastrero al palo derecho de Scoponi, quien se lanzó al costado contrario, y sentenció el 1-1 que forzó la ronda a la definición desde el punto penal. 21 penaltis se cobraron aquella noche del 3 de junio de 1992, en la que los entonces dirigidos por Diego Umaña, tuvieron dos ‘match point’ para avanzar a la gran final de la Copa Libertadores, pero Bermúdez, Balbis y ‘el Pony’ Maturana, fallaron sus cobros y el Newell’s Old Boys, orientado por Marcelo Bielsa, se impuso en la serie. Da Silva, además, convirtió sus dos cobros en una prolongada y fatigante definición.

“Al ‘Polilla’ lo conocí cuando vino a la despedida de Willington Ortiz; vino con ‘el Beto’ Alonso y Hugo Gatti. Siempre fue una persona alegre. Él decía que hablaba en la cancha con goles y lo demostraba. Siempre entrenaba y jugaba con los mismos guayos, unos Adidas Copa Mundo. Un día le dijo al utilero: ‘Pacheco, de ves en cuando pasámeles un poquitico de betún, que esos son los que te ponen a cobrar cada semana’. Esos guayos ya los tenía amansados”, recordó Bernal.

Mundialista con la selección uruguaya en México 86; campeón de la Copa de la Liga en España con el Real Valladolid, y de la Supercopa con el Atlético de Madrid; llegó al América procedente del argentino River Plate, en 1989, época en la que los ‘escarlatas’ gozaban de un poderío económico que les permitía ejercer una autoridad continental.

“Era una época floreciente del fútbol colombiano y América se distinguió por tener figuras. ‘El Polilla’ venía precedido de un buen nombre, y estuvo 5 años con nosotros, en los que ratificó con solvencia sus condiciones como buen jugador. A todos los jugadores, antes de estudiar sus condiciones futbolísticas, se les analizaba su conducta personal, y ‘el Polilla’ fue sobresaliente en ese aspecto. Fue espejo para los jugadores de las divisiones menores. Yo era el Gerente Deportivo y me tocaba manejar la logística de las contrataciones. En la traída del ‘Polilla’ Da Silva, intervino el empresario argentino Carlos Quieto, y la contratación directa la realizó don Miguel Rodríguez, quien era el vicepresidente del club. Fue un acierto total”, manifestó a este medio, Álvaro Guerrero Yanci.

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