“Vos le pegás al balón como ‘la Chancha’ Monsalve”, recuerda Bernal que le reconoció Alex Escobar durante una práctica en la sede de Águila Roja. Desde ese momento, a Jairo Bernal lo apodan ‘la Chancha’. Llegó en 1979 como asistente de las reservas de los ‘diablos rojos’ y ya suma 37 años, entre el perfume de los tiempos fecundos y la desazón del descenso. Los cabaleros: “En el 79 me hice muy amigo de Carlos Alfredo Gay y de Pascuttini. Ellos siempre antes de los partidos me mandaban a comprar unas galletas polvorosas. También en el 79, un día entré al camerino antes del partido y ese día ganó América. Desde ese momento, Pascuttini me obligó a seguir entrando antes de los juegos y a entregarle a él el balón con el que iban a jugar. Cuando Gareca vino a dirigir al América, se le dañó un zapato, y tuve que ir a que se los cosieran a mano, un domingo, porque tenía que dirigir con ellos y vestido de negro”. Curiosidades: “Alex Escobar tenía cerca de 70 pares de guayos, los de jugar los limpiaba con alcohol y les hablaba. A Eduardo Niño había que conseguirle una gel cuando iba a salir a la cancha. Gareca me regalaba los guayos con los que no hacía goles, porque a él lo patrocinaba Puma, me dio cerca de diez pares”. El más virtuoso del América: “Cabañas era un malabarista, pero Cueto un día se puso el balón entre el gemelo y el muslo posterior, lo lanzó hacia el aire y lo volvió a agarrar, le dijo a Cabañas que la hiciera, y no lo pudo lograr”. La bonanza: “Fue una época de mucho lujo, de gloria. Había mucho perfume, pero más profesionalismo”. Ochoa: “Siempre se preocupó por el ser humano. Les decía a los jugadores que estudiaran, que ahorraran, que no malgastaran el dinero, que no se metieran en problemas en la calle”. El técnico con el que más simpatizó: “Tengo agradecimiento con todos, pero un cariño especial hacia ‘el Mono’ Gareca. siempre ha mantenido pendiente de mí. Cuando fue técnico de Vélez Sarsfield, me envió para los tiquetes y me hizo uno más de su equipo”. El jugador que más aprecia: “ Alex Escobar. Yo lo recibí desde que él tenía 15 años”. Países que conoció gracias al América: “Todo Suramérica, estuvimos en Arabia, y con la Selección Colombia, en África”. Su único reconocimiento: “Diego Barragán convocó a los jugadores cuando yo cumplí 20 en el América, y me dieron una placa y un aplauso en la mitad de la cancha”. El golpe más duro: “Cuando nos fuimos al descenso. Eso es muy duro”. La mayor alegría: “Cuando el equipo ascendió. Se vivió más que los títulos de los 80. La gente mantenía tensionada en la calle”. Los 90 años del América: “Es muy importante hacer parte de la historia de un equipo que ha sido reconocido a nivel mundial”.