Caracol Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA
BogotáActualizado a

Comenzó la novena navideña y Santa Fe también ganó su novena estrella. El partido con los tolimenses concluyó con un uno a cero suficiente para levantar la Copa y asegurar las medallas. Un juego previsible. El que marcara un gol iba a reforzar e plan defensivo, como se apreció en todo el segundo tiempo, cuando Santa Fe cedió todos sus derechos al Tolima para que tuviera la pelota, se adueñara del campo y pusiera a sufrir a Castellanos, quien tuvo buenas intervenciones. Tolima sin guía o conductor, porque Cleider Alzate no dió pie con bola y dejó su lugar a Aquino, quien con Angelo ofrecieron un cariz más ofensivo.

Santa Fe convocó a Omar Pérez para actuar en 14 minutos y reforzó su plan defensivo con Javier López y acabó la película. En el único gol, el arquero Joel Silva se equivocó en materia grave y de principiante. Un tiro de esquina servido por Jonathan Gómez, lo cabeceó Héctor Urrego muy bien. La pregunta para el arquero ¿Por qué no había un jugador cubriendo el primer palo? Error de principiante.

Santa Fe además ocupó el primer lugar en la reclasificación y adquirió derechos para estar en Copa Libertadores y aplicar un sencillo principio. Si el equipo es compacto en defensa y seguro en el trabajo de los volantes, con solo algún chispazo de Goméz el asunto está liquidado.

A Tolima le pasó aquello de querer no siempre es poder. Intentó sin éxito arrimarse a Castellanos. En los 10 primeros minutos, Santa Fe aseguró su estrella y tal vez en próximos juegos ofrezca un fútbol brillante. Por ahora era cuestión de ganar y nada mas.

La frustración de los jugadores tolimenses no afectó a Alberto Gamero, quien ya era técnico del Junior. Esto no puede ser en el fútbol nuestro porque siembra dudas en el aspecto ético de los técnicos. O están de tiempo completo en un equipo o dan un paso al costado para que otro asuma la responsabilidad. Gamero, trabajador, buen señor no debió prestarse a este acto. Si había firmado con Junior, debió dejar el lugar a otro colega. No se puede estar dirigiendo una final con un equipo y pensando en otro.

Regresando a la historia de este partido final, Santa Fe venció por tener bien claro y estudiado el plan de juego. Un aplauso para Costas, que en pocos días volvió a ser ganador y la fiesta en Bogotá en plena novena va por cuenta del cardenal.