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Tercer tiempo

Actualizado a

La nube blanca

Cuando el Madrid empató y después ganó, otra vez en el último minuto, alguien escribió en Twitter que ese era el Madrid heroico, tan habitual en la historia. Los aficionados viejos no recordamos a ese Madrid, al contrario. Para desgracia azulgrana, que es mi color, el blanco del Madrid era como un pañuelo despiadado mandado por Gento a conquistar nuestra fortaleza. Y nos ganaban, los muy bandidos.

La Z de Zidane

La Zeta de Zidane es la Zeta del Zorro pero también la Zeta del zahorí. Esa Zeta es ahora, quieta, en su lugar en el banquillo, como aquella inspiración de nube blanca que corría por la banda, activaba a Di Stefano y nos ponía el cuello en los pies. Gento era la Z del Madrid entonces, una especie de guillotina de las ilusiones del contrario. Para colmo, el sustituto de Gento también se llamaba Blanco, como esa nube poderosa.

Venir de Camas

Ahora ese Gento es una nube que se alza sobre sus pies, como si se levantara desde Camas. Se llama Sergio Ramos y es insensato en el área propia pero es un torpedo en el área contraria. Ahora tendrán que agarrarlo con fórceps los defensas, porque nació para matar en el último minuto. Y además, al contrario que el verdugo de Berlanga, quiere matar, está equipado para eso.

Voluntad de matar

Está lleno de gol, y bien que lo siento, porque a los azulgrana esa plenitud nos deprime. Sergio Ramos ha estado estos dos últimos años en la cuerda floja, porque las directivas son así, te quieren cuando goleas, pero cuando fallas eres el peor del mundo. Ahora es un héroe. Ya se sabe lo que dicen los poetas: quien más te quiere te hará llorar. Acaso esa voluntad de matar le viene a Sergio de esa incertidumbre.

Ambición perdida

Vi sucesivamente a la Las Palmas ganarle al Leganés, para luego empatar porque no puso la cabeza en la olla. Y vi al Valencia tan disminuido, pero al final tan confiado en el empate, que al final ambos partidos me parecieron prolegómeno o resumen de ese Madrid-Depor. La fe de Sergio no viaja hacia otros barrios. Y el Valencia ahora está deprimido y la UD estará revisando los mecanismos de su defensa.

Cansarse de ser

Dice Neruda que a veces se cansa de ser hombre. Y nos cansamos de serlo todos, claro, la vida no es tan solo fútbol. Pero en el fútbol me pregunto si Messi se cansará de serlo algún día. Ese hombre lleva un motorcito dentro que parece una válvula de recuperación. Cuando parece que no existe vuelve otra vez. Salvando las distancias, es como aquel Gento que era en sí mismo una nube blanca. Y nos mataba desde el primer minuto.

Kms de argentino

Las estadísticas no recogen lo que corren los entrenadores. Luis Enrique se levanta y se sienta, Zidane pasea, Guardiola piensa. Sampaoli corre. Es el primero en correr y el último en pararse. Es un espejo de su equipo. Cuando empezó este Sevilla suyo parecía que el equipo tenía el corazón a la espera. Ayer parecía que Sampaoli iba a caer en el mar. Y paró donde ya le hace cosquillas al Barça.

Lo del nombre

Cuando al Barça lo cambiaron de sitio quedaron en buscarle nombre al nuevo estadio. Y les dio tanto apuro titularlo que aunque sea viejo se sigue llamando Nou Camp. Ahí tienen al Bernabéu, que jamás será de otro nombre. ¿O sí? Y al Atlético de Madrid lo cambian de sitio y lo llaman Wanda, como si fuera un pez. No es por nada, pero Shakespeare tiene razón: un nombre tiene mucho dentro. Este tiene agua para ahogarse.