OPINIÓN
No es malo querer ser un referente internacional en el tema medioambiental, Petro no sería el primer presidente que pretende un reconocimiento global.
Algunas personas creen que, por no pensar como ellos, los demás siempre están errados en lo que piensan, dicen, hacen, y además utilizan la ideología para su beneficio.
Imagínense el paisaje cafetero, el altiplano cundiboyacense, la Sierra de la Macarena, el Parque de los Nevados y demás atractivos turísticos de nuestro país llenos de paneles solares y sin animales.
Una grave crisis por el agua y la comida para el ganado están afrontando los campesinos del país, especialmente los de Boyacá y Cundinamarca.
Todo parece indicar que los presidentes siempre quieren alargar su mandato, o continuar su periodo, así sea en cuerpo ajeno.
Para empezar, la prensa no puede tumbar a Petro porque no es su función y tampoco es competente para hacerlo.
A estas alturas, nadie debería dudar sobre las capacidades de las mujeres, porque, además, eso hablaría muy mal de los hombres.
Es una gran pregunta para saber qué es realmente lo que pretende Petro, pero creo que le está apuntando más a una revolución.
Esperanzados estaban los campesinos cuando empezó a llover, pero ahora no les compran la leche y se están quebrando.
Estalló la crisis de los productores de leche y el Gobierno nacional no ha hecho nada para ayudarlos.
Muchos de los que votaron por Gustavo Petro, ahora están arrepentidos y pensando en el final de su periodo.
Nadie volverá a criar un toro de lidia en Colombia, porque el Congreso tomó la decisión de acabar con ellos.
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