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¿Qué dijo Álvaro Uribe sobre la llegada de Salvatore Mancuso a Colombia?

El expresidente se pronuncia sobre las acusaciones del exjefe paramilitar y desmiente encuentros y vínculos.

El retorno de Salvatore Mancuso ha reabierto heridas del pasado. En medio de estas controversias, las declaraciones de Álvaro Uribe arrojan disposición a enfrentarlas con firmeza y transparencia.
COLPRENSA

Mancuso llegó a Bogotá proveniente de Estados Unidos luego de cumplir más de 15 años de prisión por cargos relacionados con narcotráfico. Posteriormente, fue transportado en helicóptero a la prisión de máxima seguridad La Picota en la capital colombiana. De acuerdo con las autoridades, en este lugar se le notificará una de las 57 órdenes de arresto en su contra por los delitos perpetrados durante su liderazgo en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

El regreso de Salvatore Mancuso a Colombia ha desencadenado una serie de declaraciones y especulaciones en el ámbito político del país. Entre las voces que se han manifestado ante este acontecimiento, se encuentra la del expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien ha respondido a las acusaciones y señalamientos hechos por el exjefe paramilitar.

Uribe, a través de un video difundido en plataformas de redes sociales, explicó que su gobierno extraditó a Mancuso debido a que se demostró que continuaba cometiendo delitos desde la cárcel de alta seguridad de Itagüí. Este traslado se originó luego de que Mancuso y otros exparamilitares alertaran al Gobierno sobre un posible intento de fuga masiva en la cárcel de La Ceja, donde estaban inicialmente recluidos. Posteriormente, con la aprobación de Estados Unidos, fueron transferidos a prisiones en ese país.

Sin mencionar el nombre de los presuntos visitantes, Uribe afirmó que “Poco después de ingresados a las cárceles de los Estados Unidos empezaron a llegar visitantes, algunos de ellos eran sus enconados enemigos de la víspera, varios cercanos a la guerrilla, que con afán ofrecían beneficios para que dieran información sobre mis supuestos vínculos con paramilitares”.

Uribe ha negado categóricamente haber mantenido encuentros o haber sostenido conversaciones con Mancuso agregando “En la campaña presidencial me negué a reunirme con él, como quedó públicamente establecido y también públicamente desautoricé que me apoyara en Barrancabermeja, como me había dicho el padre De Roux”.

Ante las afirmaciones de este último sobre presuntas reuniones y vínculos entre ambos, el exmandatario colombiano ha enfatizado en que tales afirmaciones son falsas y carecen de fundamento.

El exmandatario también rechazó la afirmación de que Salvatore Mancuso lo hubiera visitado en su residencia de El Ubérrimo con la presencia de altos mandos de la Policía Nacional. Uribe explicó que el coronel Suárez, quien fue comandante de la policía de Córdoba en los años 95 y 96, lo había visitado para consultar sobre su seguridad. Afirmó qué durante esta visita, el vehículo del coronel permaneció en la calle, ya que la residencia se encuentra en una vía pública muy transitada. Además, señaló que el coronel Suárez desmintió las declaraciones de Mancuso, quien había afirmado que se había reunido con Uribe en El Ubérrimo.

Además, Uribe ha desestimado las acusaciones que lo involucran en crímenes pasados, como las masacres de El Aro y La Granja, así como el asesinato del defensor de derechos humanos Jesús María Valle. Ha reiterado su compromiso con la justicia y ha expresado su disposición a enfrentar cualquier proceso judicial que se derive de estas acusaciones.

En este contexto, Uribe ha destacado la importancia de la defensa de su honor y reputación, así como de la estabilidad institucional del país. Sus declaraciones buscan desvirtuar las acusaciones de Mancuso y reafirmar su posición como figura política relevante en Colombia. El retorno de Salvatore Mancuso ha reabierto heridas del pasado y ha puesto en evidencia las complejas dinámicas políticas y sociales que han marcado la historia reciente del país.

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