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OPINIÓN

Fascismo vs Petro

Se supone que todo el que no es “petrista” es “fascista”. Por lo menos eso piensa el presidente Gustavo Petro.

Fascismo vs Petro
Luisa GonzalezREUTERS

En muchas ocasiones el presidente Petro ha dicho a los que no llevan su misma línea de pensamiento, o no comparten sus ideas en la forma de administrar el Estado, que son fascistas, y tal vez el concepto queda en el aire y algunas personas es posible que no entiendan a qué se refiere, por eso es importante tener claro a qué es que hace referencia el mandatario colombiano cuando lanza el calificativo de fascista a los que él considera sus opositores. El origen o la etimología de la palabra fascismo proviene de la antigua Roma, donde según anota la biblioteca del Congreso de Argentina, proviene de la palabra fasces que era un haz de varas atado con tiras de cuero que portaban los funcionarios públicos de esa época, el cual simbolizaba “la unión hace la fuerza” y que posteriormente daría origen a la palabra fascismo. También significaba disciplina “en la forma de azotes que tenían la capacidad de aplicar, o bien la muerte, si los fasces además contaban con un hacha”. Los fasces se pueden apreciar en la figura de los laterales de la efigie de Abraham Lincoln en el Lincoln Memorial de Washington.

Según dice Augusto Hernández Becerra en su libro Las ideas políticas en la historia, “el fascismo es una ideología basada en abundantes elementos de irracionalidad: algún mito poderoso, como la nación, la raza, un pasado glorioso; banderas y emblemas tan importantes para la propaganda oficial y para conmover al público en el espectáculo de las marchas y concentraciones; la glorificación de la violencia, la guerra y el militarismo; el culto al líder, cuya energía y magnetismo eran capaces de provocar éxtasis y frenesí en las multitudes”. Esta ideología surgió en Europa a mediados del siglo XX, y fue precisamente en la Italia de Benito Mussolini donde se dio a conocer. El temor a la revolución comunista que amenazaba con establecerse en varios países europeos, después de la Primera Guerra Mundial, llevó a que creciera una ola fascista internacional, la cual sería una de las causas de la Segunda Guerra Mundial.

Dos exponentes del fascismo fueron Benito Mussolini y Adolfo Hitler, quienes, con sus marcadas diferencias en sus respectivos regímenes, compartían algunos rasgos que los ubicaban en esa ideología. Por un lado, los dos, el fascismo italiano y el nazismo alemán, propendían por un exacerbado nacionalismo y un radical sentimiento anticomunista; eran contrarios a la democracia, al liberalismo, al establecimiento de un sistema parlamentario y a los partidos políticos. Pretendían cambiar las instituciones del Estado e imponer unas con las que el Estado tendría mayor poder, sería corporativo y autoritario, como anota Hernández.

Cuando se analizan las características del fascismo, encontramos diferentes particularidades que podrían describir algunas formas de gobierno de los que dicen ser progresistas. Augusto Hernández menciona que el fascismo pretendía tener todas las funciones del Estado centralizadas en la persona del líder (el Duce, el Führer, el caudillo), lo cual se opone a la división de poderes. “No imperan la constitución ni la ley, y por tanto no se conoce ningún tipo de garantía jurídica frente a la acción del Estado, pues domina la voluntad del líder y del partido único”. También se menciona cómo se llega a la utilización del sistema electoral para que todo parezca legal y justo y así lo describe Hernández: “la voluntad popular únicamente se consulta mediante intensa manipulación propagandística para, mediante plebiscitos y consultas populares, construir respaldo sospechosamente unánime del pueblo”.

Muchos presidentes sufren por no tener un control total, pero afortunadamente existen los pesos y contrapesos que permiten ponerle límite a los gobernantes. Son muy similares las pretensiones de los líderes de derecha y de izquierda, como para utilizar la palabra fascismo para insultar y denigrar de otro líder, por eso es que como vimos en los anteriores párrafos, el fascismo no solo se refiere a una ideología de derecha, porque también hemos visto totalitarismo y ataques a la democracia por parte de la izquierda. Así que es mejor que el presidente Petro tenga mucho cuidado al tratar de desacreditar a un líder que no comparte su ideología, porque esa misma acusación se le puede devolver como un búmeran.

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