Nacho, que ayer cumplió 27 años, vio desde el banquillo el segundo derrumbe consecutivo de su amado Madrid. La herida del Pizjuán sangra todavía. ¡Hay que remontar!
PorTomás Roncero
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Nacho, que ayer cumplió 27 años, vio desde el banquillo el segundo derrumbe consecutivo de su amado Madrid. La herida del Pizjuán sangra todavía. ¡Hay que remontar!
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