Los que defendían a Mourinho cuando metía dedos en el ojo dirán que iba rezando un rosario y los que son de Guardiola, que dirigía una clase de canto.
PorAlfredo Matilla
David F. Sanchidrián
Página2
Los que defendían a Mourinho cuando metía dedos en el ojo dirán que iba rezando un rosario y los que son de Guardiola, que dirigía una clase de canto.
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