Los inicios de Luis Sinisterra: “Desde los ocho años brilló”

En Caloto, Cauca, hay un recuerdo imborrable de Luis Sinisterra. Y Aunque el extremo del Leeds no nació allí, sino en Santander de Quilichao, el cariño del jugador y de su familia es permanente por el Club Colo Colo Caloto, escuela de fútbol que le dio la primera oportunidad de brillar con un balón en los pies a los 9 años de edad.

Quizás jugar en el río, subir a los árboles a coger frutas y estar en la cancha jugando casi todo el día, le dieron esa naturalidad dentro del campo a Luis Sinisterra que la rompió en Países Bajos y de a poco empieza a brillar en la Premier League, la mejor liga del mundo con gambetas, cambios de ritmo y asistencias.

Hay tres formadores que fueron sumamente importantes en los inicios del jugador de 23 años de edad. Rodrigo Daza, Cristian Ortega y Cristian Valencia, los tres coincidieron en algo en Diario AS Colombia, “Sigue jugando como lo hacía aquí en Caloto”.

“Hay que rescatar la naturaleza, muchos niños aquí juegan en el río, bajan frutas de los árboles y eso ayuda mucho a que el jugador tenga esa naturaleza y eso era lo que tenía Sinisterra. Quizás la tecnología nos ha quitado eso, pero es importante que los niños tengan contacto con la naturaleza”, destacó Cristian Ortega, representante legal y formador del club.

Recuerdos para siempre y formar en pleno conflicto armado

“Era un chico hiperactivo, desde niño mostró el talento que está demostrando en el fútbol de la élite”, recordó Cristian Valencia. Sinisterra tenía una gran personalidad desde los 9 años de edad, su alegría era fundamental para el club, siempre de pequeño estuvo atento y siguiendo a los más cracks para soñar y un día llegar.

Rodrigo Daza, el creador del Club Colo Colo, aseguró que cuando lo vio por primera vez mostró todas sus cualidades. “Lo vemos en unos partidos que hacemos y detectamos que es un niño con mucho talento (...) Es un deportista con unas capacidades muy buenas, técnicamente era un niño dotado, desde los ocho años brilló”.

“Sinisterra era un chico muy inquieto por el fútbol, desde pequeño te daba razón de los jugadores más famosos, la mamá nos decía que él se sentaba frente al televisor y se grababa los nombres (...) Así como lo vemos ahorita jugando en su club en Inglaterra, así lo hacia aquí. Era muy habilidoso, desprendido e inteligente para jugar”, afirmó Ortega.

Pero no todo fue fácil en sus inicios. Sinisterra vivió de cerca el conflicto armado, tenía que viajar 20 minutos entre Santander de Quilichao y Caloto. Sus entrenamientos fueron custodiados por el batallón del Ejército Nacional, de pronto en medio de la violencia y de la tensión, un toque de calidad del pequeño Luis hacia olvidar por segundos lo que pasaba en el país en ese momento.

“Él entró en 2008, en la zona norte del Cauca, siempre ha tenido esa dificultad del conflicto armado. Nos tocaba convivir con esa situación y entrenar en el único campo en Caloto que coincidía con el batallón del ejército. Nos tocaba entrenar y estar con los soldados. A veces nos decían que había que salir por amenazas de ataque y nos tocaba salir corriendo. Algunas veces nos tocó algunos tiroteos”, destacó Daza.

“En esos tiempos lastimosamente estaban las milicias, nosotros entrenábamos donde había un batallón, rodeado de militares que protegían el municipio”. recordó el profesor Cristian Ortega.

Nunca olvidarse de los suyos y anécdota

Desde que debutó como profesional en 2016, ha sido una gran orgullo para la escuela, pero sin duda lo que más agradecen es que nunca los haya olvidado. El jugador del Leeds está muy pendiente de su situación y atento a lo que necesiten. Luis Sinisterra ha regresado constantemente para darle consejos a los niños.

“Los formadores y los niños se sienten muy bien representados y orgullosos de él porque nunca se ha olvidado de nosotros. Él y la mamá han estado muy pendiente y nos han aportado cosas muy interesantes para nuestro trabajo formativo y social que venimos haciendo aquí en Caloto (...) A nosotros nos ha aportado uniformes, implementación deportiva, dinero para inscripción de torneos, es un chico que no se olvida de esta escuela”, afirmó Valencia.

En la pandemia, Sinisterra y su familia ayudaron a los niños de la escuela con mercados y uniformes nuevos. “Cuando ocurrió lo de la pandemia, él le envío mercado a los niños, compró uniformes, pero todo ha sido porque ha querido, no nos gusta molestarlo, detrás de él hay mucha gente, todo lo ha hecho de corazón”.

Por último, Cristian Valencia y Rodrigo Daza recordaron dos grandes anécdotas con el jugador en donde mostró toda su calidad. “Era un jugador muy talentoso, desequilibrante, tenía un talento impresionante ese niño. Estuvimos en el Pony Fútbol en el zona de Popayán, le tiraron el balón en el área chica y se sacó a todo el equipo, incluido al portero”.

“Llegamos a la final contra un equipo de Tumaco, íbamos perdiendo 2-0 en el primer tiempo, nuestros jugadores eran muy pequeños, decíamos que éramos como Barcelona. En el entretiempo se para Lucho con 11 años y con mucha propiedad y me dice: ‘profe, no se preocupe que yo resuelvo’. Inicia el segundo tiempo y lucho desde mitad de campo se sacó como a siete rivales, empatamos el juego, pero al final perdimos. Es una anécdota inolvidable por esa capacidad que siempre mostro y es algo que lo está ratificando”, recordó Rodrigo Daza.