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INEOS

Egan a Semana: "Soy ciclista, quiero volver, es mi vida"

El ciclista del Ineos habló con la revista en exclusiva y contó cómo fueron las horas después del accidente que casi le cuesta la vida.

Egan a Semana: "Soy ciclista, quiero volver, es mi vida"
Egan BernalInstagram

Egan Bernal habló con la revista Semana después del accidente. Es la primera vez que habla tras ese 24 de enero en el que chocó contra un bus cuando iba entrenando la contrarreloj a 60 kilómetros por hora. El cilista del Ineos Grenadiers contó como fueron las horas que siguieron al suceso y reiteró que está agradecido por tener una nueva oportunidad de vivir.

Bernal describió cómo fue el accidente y la posición en la que iba en la bicicleta antes de chocar, "en una posición en la que rompes el viento tienes que ir con la cabeza agachada y los brazos bien pegados, es una posición bastante agresiva. Yo hice mi serie. Llegando a Gachancipá, antes de unos reductores, miro hacia adelante y no había nada. Había un carro atrás que me estaba escoltando. Sigo haciendo mi serie y me acuerdo de que iba a 58 kilómetros por hora. Eso es como tirando a bajar y hay viento a favor. Iba a 58. Empecé a mirar y marcaba 59, 60, 61, 62 y cuando vi esa velocidad fue que me estrellé contra el bus".

Y añadió, "es un momento en el que a uno se le va el aire. No podía respirar y decía: bueno, en cierto punto tendrá que volver la respiración. A uno siempre le pasa, cuando uno se pega se le va el aire y al rato vuelve, pero nada que volvía. Me empecé a desesperar, pero dentro de mí decía que tenía que tranquilizarme, porque si no iba a ser peor. Cuando sentí que me estaba desmayando, volvió el aire y fue cuando alcé la mirada y vi el bus. Dije: me di muy duro".

Egan relató el drama que sufrió por el intenso dolor que sentía en casi todo el cuerpo, especialmente en la pierna derecha, el cuello y la espalda, "el hueso casi que quería salirse de la piel y dije: me fui de fémur. Obviamente estaba roto. Me ayudaron a quitar el pie de la bicicleta y el doctor estabilizó la fractura. Me cogió de la cintura y otras dos personas, no sé si eran doctores o sabían de medicina, le ayudaron bastante. Cogieron el pie y me estiraron. Acomodaron el hueso y me dolió muchísimo. Estaba que les decía: no, no, se los suplico, por favor no. Eso ayudó a que no perdiera tanta sangre, creo que perdí en total dos litros y medio".

Aunque pidió que se mejoren algunas cosas en la vía como los paraderos de los buses, no culpó a nadie por el accidente, "en este momento, lo último que quiero es culpar a alguien, no quiero culpar a nadie, no quiero culparme ni culpar al señor del bus".

De acuerdo con su relato, Egan no sabía la magnitud de las lesiones ni las posibles consecuencias que el golpe pudo traer a su vida, solo conoció el alcance del accidente cuando despertó de las dos primeras operaciones y el médico le pidió que le dijera si sentía las piernas.

"A mí cuando me preguntan eso, yo dije: creo que la cirugía no fue solamente el fémur, fue como una corazonada. Entonces, claro, empecé a mover las piernas y empezaron como a tocarme: ¿siente esto?, ¿siente lo otro? Y yo dije: juepucha, la cirugía no fue solamente de fémur… Porque, como le digo, cuando entré a la cirugía no tenía ni idea de que me iban a hacer todo esto, que tenía la cervical rota, la T5, la T6 y todas esas cosas de atrás que no entiendo mucho todavía…"

A sus padres, hermano y novia sí les avisaron lo que podía pasar si la cirugía salía mal, "el doctor les advirtió que el hecho de que yo hubiera llegado a la clínica con vida era un milagro. Les dijo: Él está vivo de milagro, es un milagro. Pero la cirugía que viene es muy complicada, él podría quedar parapléjico".

Egan confesó que comenzó a hacer ejercicio y a pensar en moverse pocos días después de la cirugía y por eso está caminando de nuevo en tiempo récord, también aseguró que el apoyo de su familia fue fundamental para su recuperación y agradeció de nuevo a los médicos y personal de la Clínica de la Universidad de la Sabana.

"A los que me operaron la rodilla, el fémur, las manos, el diente. Con el doctor Uriza, que fue el neurocirujano. Gracias a ellos estoy vivo, gracias a ellos puedo caminar, puedo moverme, hasta las manos puedo ya moverlas, así que, nada, siento que también gracias a ellos tengo esta segunda oportunidad".

También habló de lo que espera, quiere volver a la bicicleta, "quiero volver, es lo que más amo. Soy ciclista, siento que si no estuviera en una bicicleta no sabría qué hacer. Seguramente me pondría a hacer algo más, pero en este momento me siento ciclista, me siento deportista y para mí la bicicleta es mi estilo de vida".