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LIGA BETPLAY

Los pecados que sacaron a Atlético Nacional de la Liga

Así como tuvo puntos altos en su campaña, el Verde de Guimarães cometió errores y tuvo desbalances que provocaron su eliminación.

Actualizado a
Atlético Nacional fue eliminado en los cuartos de final de la Liga BetPlay por La Equidad.
Donaldo ZuluagaDimayor

El proyecto de Alexander Guimarães sufrió un nuevo revés. A manos de un equipo con una nómina inferior, el sueño de la estrella 17 terminó en el primer semestre por una acumulación de errores y vacíos que terminaron por imponerse a esos aciertos que, por momentos, llegaron a mostrar a Atlético Nacional como el gran favorito al título de la Liga I-2021.

Pero La Equidad todo lo aterrizó y puso al descubierto varios pecados que finalmente precipitaron la eliminación del cuadro verdolaga en los cuartos de final y que dejaron como una anécdota los buenos números de la campaña.

1. Falta de autocrítica

Esa autocrítica necesaria brilló por su ausencia durante el camino en la Liga Ie impidió aplicar los suficientes correctivos para evitar resultados como el sufrido ante La Equidad. Pese al liderato, los 34 puntos, los 37 goles en 18 partidos y al invicto en casa, no todo era perfecto.

Reconocer las falencias era una escala obligada para mejorar. Ahí pecó Nacional. Errores, desbalances y decisiones pasaron de largo y no fueron asumidos en su momento. Al final, esas pequeñas grietas se convirtieron en boquetes que terminaron por afectar la evolución del equipo, pese a los puntos altos que mostró en algunas etapas. Los cuartos de final pasaron factura.

2. Sin líder en la cancha

Nacional cuenta con jugadores bien dotados técnicamente y que se han hecho importantes dentro del grupo, pero en las situaciones límite necesitó de esa pieza con autocontrol que transmitiera calma y confianza, que manejara los tiempos, que atemperara a sus compañeros.

Un líder con la suficiente personalidad y voz de mando para tirar del equipo y reconducir. Guimarães admitió que el juego con La Equidad se les fue desde lo emocional. Sí, faltó un capo que leyera el partido, tomara el control y evitara que sus compañeros jugaran por impulso… que cayeran en la trampa del rival.

3. Frágil versión de visitante

Siete derrotas fuera de casa en 13 partidos para un rendimiento como visitante del 30,7 %. Apenas pudo ganarle a Millonarios y Once Caldas en la Liga, junto a la victoria a domicilio ante Guaraní en la Copa Libertadores. Esa materia pendiente, que parecía no amenazar su estabilidad porque en el Atanasio Girardot estuvo intratable, al final precipitó su eliminación del Apertura.

En sus visitas a La Equidad, no pudo ganarle. Ni en Zipaquirá (1-0), en una cancha fuertemente criticada por 'Guima', ni en Techo, el Verde pudo imponerse. Ese 1-0 en la ida, que se vio muy corto y remontable, fue un potosí para los de Alexis García. Con sus armas y estilo, administraron la ventaja y de paso dieron una muestra de carácter ante el favorito con el 2-2 en Medellín.

4. Los líos defensivos

Aunque para el proyecto 2021 fue prioridad encontrar una versión más equilibrada después de padecer con el descompensado Nacional de Osorio, el equipo volvió a tener problemas defensivos. Muchos de ellos por errores puntuales, malas decisiones de sus defensores y desconcentraciones.

Le pasó en Uruguay, con los cuatro goles que recibió y en los 180 minutos con La Equidad, que le marcó tres veces. En los últimos juegos, incluso, recibió goles tras saques de banda. La pelota detenida también lo puso contra las cuerdas… que lo diga Juan Mahecha con su gol en un tiro de esquina. Rovira nunca tomó esa marca y el volante cabeceó con libertad. El segundo vino en un penal, por una falta de Yerson Mosquera. Otro error.

5. Bipolaridad

Atlético Nacional deambuló entre dos versiones. Una implacable que sumaba victorias y acumulaba goles, y otra vulnerable, sin equilibrio ni pegada. No pudo estabilizarse. Pasaba del cielo al infierno entre un juego y otro… incluso, en un mismo partido como sucedió en la vuelta con La Equidad y en el 4-4 con Nacional de Uruguay.

Ese equipo indescifrable, que un día podía golear 7-1 a su rival y en la siguiente salida se iba sin un remate directo al arco, no pudo resolver sus vacíos e imponerse con los argumentos y versatilidad que en algunas etapas le dieron brillo.

En Medellín, logró sobre ponerse al peor momento, cuando los aseguradores se montaron en la serie 2-0. Consiguió dos goles y puso el capítulo en cuartos donde quería. Pero volvió a tambalear y le dio alas al rival, que le cobró para enviarlo a un pozo del que no pudo salir.