Un técnico táctico, dijeron
No esperaba mucho de la visita a Quito, pero nunca lo que pasó en el estadio Rodrigo Paz Delgado. El partido contra Uruguay había evidenciado carencias insostenibles en el rendimiento de la Selección y sobre todo, en el plan del entrenador. Una vez su idea inicial quedó expuesta, el técnico optó por sumar jugadores en ataque. Nada más. Un déjà vu de Santiago.
El entrenador demostró soberbia para reconocer los errores y con sus decisiones dinamitó lo construido durante años. Prefirió enfocarse en Rapallini y no en lo que venía. Tenía que recomponer el vínculo con los jugadores, renovar acuerdos porque el mayor reto de un entrenador no es ganar sino convencer. El bajo nivel de los jugadores ante Ecuador indica que no hay confianza en la idea.
Hubo quienes mintieron sobre el proceso pasado, esto es un golpe de realidad que apunta a los aspectos fundamentales del juego. Tiene que ver con la estructura, los conceptos y las formas como el entrenador (elegido por la dirigencia) pretende conseguir los objetivos. Un técnico táctico, dijeron. Sin embargo, le cuesta encontrar la manera de hacer justicia a los recursos con los que cuenta.
Sí tuvo la voz firme para decidir que de violencia de género no se habla en la Selección... ¿Es más fácil callar que formar/sensibilizar a los futbolistas sobre por qué es un tema crítico en la sociedad? Va más allá de un caso particular, se trata de promover cambios dentro y en el entorno de las Selecciones. Ahí también perdemos por goleada.
Por supuesto hay cosas más importantes que el resultado de un partido, pero muchas veces parece que existe un vínculo entre lo que somos como país y la estructura del fútbol. Malas decisiones, antivalores, improvisación. Perdón, San Andrés y Providencia por tan poco.