La historia de Jaime Echenique, el colombiano cerca de la NBA
El barranquillero de 23 años estará en el draft de este año. En los últimos meses se ha destacado en el baloncesto universitario.
Colombia ha estado esperando por varios años tener un jugador en la NBA. Álvaro Teherán y Braian Angola estuvieron cerca, ambos integraron el draft hace un tiempo, pero no lograron entrar en las plantillas profesionales. Un paso que no es fácil de dar, pero que en 2020 es el sueño de Jaime Echenique, barranquillero que tiene su camino enfocado y por el que ha trabajado fuertemente.
El pivote de 23 años hará parte del draft de este año en el baloncesto norteamericano. Sus buenos años en la Universidad de Wichita State de Kansas, integrando el equipo Wichita State Shockers, le permitieron ganarse ese lugar. Ya está graduado de sociología y psicología, una promesa que le hizo hace unos años a su papá y ahora es momento de llegar a la gran meta y convertirse en el primer colombiano en la NBA.
Los inicios de Jaime
Como le ha pasado a muchos niños en la costa colombiana, el béisbol fue el deporte con el que inició. Junto a un primo iba constantemente a jugar, hasta que un día vio un cartel en el gimnasio para entrenar baloncesto mientras cursaba sexto grado en el colegio. Así se unió a un grupo creado por un profesor que estaba haciendo practicas universitarias. "Llegué al básquetbol por accidente. Yo era malo, pagaba para viajar a los torneos y en el primero jugué como un partido", cuenta Jaime.
Así fue abriendo su camino. Pasó por varias academias y a los 15 años tomó este deporte como algo en serio, estuvo dos años con la selección de Atlántico y otros cuatro con la de Magdalena. Su infancia la pasó solo en casa porque sus padres trabajaban hasta tarde. "Me crié solo porque mi papá trabajaba en una empresa de transporte público en Barranquilla y mi mamá en Crepes and Waffles, entonces ambos estaban bastantes horas por fuera. En ese lapso me metía en problemas, era muy inquieto, fui el dolor de cabeza de mis vecinos".
En 2014 se graduó del colegio y se fue para Academia de la Montaña en Medellín para jugar baloncesto profesional, aunque él era amateur. Luego inició el proceso para irse a Estados Unidos teniendo ofertas de Europa. "Le prometí a mi papá que no iba a comenzar tan rápido mi carrera profesional y que primero me graduaría de la universidad. Por eso vine a Estados Unidos".
Estados Unidos: La construcción del sueño
EE.UU. es el centro del baloncesto en el mundo, allí están gran parte de los mejores jugadores y sobre todo las mejores condiciones para el desarrollo de las promesas. "Aquí en un circuito de verano juegas cinco o seis partidos por día, entonces en un fin de semana tienes 12 o 15 partidos. Pero en Colombia hay muy poca cantidad de torneos, las escuelas son importantes, pero es fundamental que el jugador muestre su talento. Otra cosa es que después de las escuelas muchos jugadores se pierden, porque la liga profesional es inestable, la selección no mira la cantidad de prospectos que hay y son los mismos con los mismos", asegura Jaime.
Por eso el mayor reto al que se enfrentó en su primer año fue el acondicionamiento físico y el cambio de juego, con otro ritmo, otras dinámicas y varios estilos. "Cuando estaba en Colombia, el poste era el antiguo, tomar el rebote y pasar la pelota. Pero cuando llego a Estados Unidos, lo más duro que me dio fue el acondicionamiento físico. En las academias me enseñaron mucho del juego interior, movimientos y penetrar las guardias. Pero cuando llego a Wichita State mi estilo de juego marcaba un poco la diferencia con otros jugadores altos. En mi primer año yo pesaba 106 kilos y en un mes subí 15 kilos, entrenaba y comía, era algo muy diferente a mi estilo de vida. Lo que más me costó fue adaptar mi cuerpo".
Además del trabajo físico, el barranquillero de 23 años, que mide 2.16 metros, dice que el mayor sacrificio que tiene que hacer es estar lejos de su casa, de su familia, sus costumbres, aunque eso también lo convierte en motivación. "El sacrificio más grande que he hecho es el tiempo familiar y con amigos. Yo no estoy viendo la vejez de mis padres, no comparto con ellos y es algo que me duele, pero me motiva a salir adelante. Mis papás vienen de pequeños pueblos y ver todo lo que han hecho por mí, me motivó a seguir y lograr algo en la vida. No importa dónde esté, siempre voy a tener su apoyo. Muchas experiencias las he sacrificado y he querido tirar la toalla".
"Lo que llama la atención de las universidades es tu talento, pero hay que trabajar duro y ser disciplinado"
La NBA, el objetivo
Jaime tiene claro que todo el esfuerzo que ha hecho es para ser el primer colombiano en la NBA. Si en el draft no queda elegido quiere seguir en Estados Unidos, aunque no descarta irse a Europa, donde también hay un gran nivel. El pivote habla claro y no tiene miedo a describirse como alguien enfocado, que va por lo que se propone y que quiere convertir en una rutina los últimos meses que ha pasado entrenando al lado de grandes estrellas de la NBA, que sus ídolos pasen a ser sus compañeros y sus contrincantes.
"Lo que me propongo siempre lo he cumplido, he manejado mi situación con bajo perfil. Pero lo más importante es la disciplina y escuchar. Lo que llama la atención de las grandes universidades es tu talento, pero hay que trabajar duro y ser disciplinado. No dejar que nadie te diga que no, porque mucha gente me lo dijo. Pero eso no es un factor que afecte donde quiero poner mis sueños. Entre más me digan que no, soy más persistente", afirma.
El colombiano debe competir con 59 jugadores más en el draft, que aún no tiene fecha, ya que estaba programado para el 25 de junio, pero la temporada aún no ha terminado y tardará más tiempo. La pandemia del coronavirus ha cambiado las condiciones y Jaime cree que eso reduce sus posibilidades.
"Es un poco frustrante esto que está pasando, porque sé que si las cosas no estuvieran como están, las posibilidades serían mucho más altas, pero no descarto la opción. Es que este draft va a ser muy raro, porque todo se va a manejar de manera virtual y los equipos se van a dejar llevar mucho por los rankings. Entonces es un poco complicado, porque yo no jugué aquí High School, como muchos que están desde el colegio y los sacan en varias páginas de básquet, que les crea cierta fama. Yo desperté fama por mis dos años en Wichita State, pero toda la situación ha cambiado mucho la perspectiva".
"En la NBA siempre he admirado a Tim Duncan, me comparan mucho con él"
Las dificultades no alejan sus sueños, como asegura, muchos le han dicho que 'no' y por eso tiene claro que quiere jugar al lado de sus ídolos. Creció viendo a los Spurs en su años recientes de éxito y de ahí consolidó a sus dos referentes, dos pivotes de gran talento. "En la NBA siempre he admirado a Tim Duncan, mi sueño es conocerlo. Siempre crecí con su estilo de juego, sus movimientos y me comparan mucho con él. También he admirado mucho a LaMarcus Aldridge que aún está activo. Por su estilo de juego y cómo se mueven, ellos son mis dos grandes ídolos".
El tiempo dictará el camino que seguirá Jaime, el sueño por el que ha trabajado está marcado por un gran esfuerzo, por momentos duros y otros buenos, pero si algo tiene claro es que "es falso que para llegar al nivel más alto hay que nacer en Estados Unidos".
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