Oro de la Selección femenina: Fútbol, solidaridad y amor
La Selección Colombia asimila lo conseguido. La responsabilidad asumida al reclamar derechos se ratificó con un título que hace más grande la lucha por la igualdad.
Las palabras de la capitana de la Selección Colombia de fútbol femenino irrumpieron en un lugar lleno de alegría y de bromas. Todas saben que cuando Natalia Gaitán habla hay algo importante que escuchar. Esta vez no fue la excepción.
“Es un orgullo increíble, esta generación se merecía un triunfo, lo estábamos buscando hace mucho tiempo. Habíamos conseguido muchos segundos lugares y teníamos muchas ganas de ganar este. Admiro a cada una de mis compañeras y la entrega que mostraron en cada uno de los partidos. 120 minutos en la semifinal y 120 en la final y seguían corriendo cada balón, para mí eso es de resaltar. Las quiero, las valoro. Este triunfo es para Colombia, para demostrar que seguimos aquí, que el fútbol femenino sigue creciendo y que esperamos que la evolución siga hacia adelante”.
Aplausos y más bromas. Detrás de este triunfo hay una historia maravillosa de superación, activismo con fundamento, lucha por los derechos de las mujeres y sobretodo la revelación de una verdad que si no fuera por ellas, las campeonas panamericanas, todavía seguiría sin conocerse. Pero hubo unas valientes que levantaron su voz.
“Este triunfo es por lo que nos gusta hacer, por representar a nuestro país. Este triunfo es de nosotras, por nosotras, por lo que hemos pasado, por lo que hemos entrenado y ahora nos queda disfrutar y seguir adelante”, aseguró Gaitán.
“Nosotras más que nadie sabemos el carácter que tenemos, el potencial que tiene Colombia en el fútbol femenino y en general nos dedicamos a hacer lo nuestro, a jugar. Hay una sensación de satisfacción porque sabíamos la responsabilidad que teníamos. Casi todos los ojos estaban sobre nosotros debido a lo que salimos a hablar y a pelear y creo que no hay una mejor nuestra que con resultados darnos la razón en que hay que seguir apoyando este deporte”, enfatizó Leicy Santos, que marcó tres goles durante el torneo.
La final ante Argentina fue difícil. El equipo que estaba al frente, precedido por la misma lucha que se libró en Colombia, hizo que el partido llegara hasta la definición desde el punto de pena máxima, "fue un partido muy táctico por parte de los dos equipos. Argentina presionando por el centro y obligándonos a jugar por el costado y ahí no éramos fuertes. Pero supimos contrarrestar el juego del rival y fue un trabajo muy táctico por parte de los dos equipos. En los penales nos favorecieron los cobros y siempre los trabajamos porque son instancias que se presentan en el fútbol”, indicó Nelson Abadía, el técnico campeón.
Para el entrenador, con mentalidad y casta, Colombia sacó el partido adelante por encima de lo que Argentina propuso, “nosotros veníamos preparando nuestro partido, comenzamos a hacer nuestro trabajo en la previa, sabíamos de las capacidades técnicas y tácticas del rival, la solidez que presenta, la madurez que tiene y nosotros teníamos que asimilar eso y sacar nuestro fútbol y por momentos lo hicimos, pero encontramos un rival que presionaba bien a la espalda de nuestras jugadoras y quitaba puntos de apoyo y con todo y eso Colombia supo manejar las virtudes que tuvo el rival”.
El partido llegó a la última instancia y todas las cobradoras acertaron desde los doce pasos. En la victoria y en los momentos difíciles se vio lo que el equipo tiene en su interior, “es importante lo que hicieron en cada uno de los partidos. Resaltó su capacidad futbolística, su temperamento, sus ganas, deseos, el temple que tuvieron en cada juego. El fútbol femenino salió aún más fortalecido de lo que era y tenemos que proyectarnos a conseguir cosas más importantes”, aseguró Abadía.
Y añadió, “la fortaleza es que es un grupo humano muy sólido. La mayoría de ellas son profesionales académicamente, son profesionales en el fútbol, muchas de ellas son bilingües, algunas hasta trilingües y eso les da una capacidad de captar, asimilar y fortalecerse en los momentos difíciles”.
Leicy Santos concluyó con una petición, “tenemos la satisfacción del deber cumplido, de haber logrado el objetivo que nos trazamos desde que empezamos. Sabíamos que teníamos un gran equipo y más allá de todo lo que pasa en nuestro fútbol, es una muestra de que en Colombia hay talento y de que seguimos apostándole a ganar títulos. Esperamos que esto nos toque a todos los colombianos porque no somos solo nosotras, somos todos los que tenemos que aportar y creer en el fútbol femenino”.