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¿Cuál es el secreto de Brasil?

Actualizado a

Vinicius Junior se ha ganado la afición del Real Madrid y la inminente llegada de Rodrygo ha generado todavía más expectación alrededor de los jóvenes talentos brasileños en LaLiga.

En la Premier, Richarlisson, de 21 años, marcó un doblete este fin de semana y está en la pelea por ser el goleador de Inglaterra con el Everton. Malcom (21), del Barça, Andreas Pereira (22), del United, David Neres (21), del Ajax, Paulinho (18), del Leverkusen, Jorge (22), del Oporto… Jóvenes que ya están en grandes clubes europeos y tienen una larga carrera por delante.

Eso sin contar Gabriel Jesus, un Sub-21 que ya es una superestrella internacional con el Manchester City.

¿Por qué Brasil produce tantos talentos? ¿Cuál es el secreto del fútbol brasileño?

En Brasil esta es una pregunta que entrenadores, investigadores, periodistas, historiadores, sociólogos, geógrafos, filósofos, matemáticos, aficionados y cuñados llevan décadas intentando contestar sin lograr una respuesta definitiva. Existen miles de teorías, cientos de explicaciones, pero al final es una suma de factores que hacen que Brasil sea casi un sinónimo de fútbol alrededor del planeta.

Uno de los primeros brasileños a intentar explicar el fenómeno fue el antropólogo Gilberto Freyre que, en los años 1930, defendía la teoría de que el talento brasileño con la pelota resultaba de la mezcla entre negros, europeos e indígenas. Pero con la globalización cada vez más presente en todas las culturas, sólo el origen étnico no sirve para explicar el dominio de la pentacampeona.

La teoría de la herencia cultural de un país antes que el talento natural de un pueblo es la más aceptada entre los investigadores del fútbol brasileño. Básicamente el hecho de ser un país gigante con una obsesión casi que religiosa por un único deporte que el mismo pueblo le llama de nacional.

Durante décadas, el fanatismo de la hinchada brasileña fue utilizado por distintos gobiernos para alienar la población de las masas en beneficio propio. En los años 1930, el presidente Getúlio Vargas aprobó la profesionalización del fútbol y se utilizaba “las victorias en el campo como triunfos de toda una nación”.

El Mundial de 1950 fue la explosión de la popularidad del deporte en Brasil, que pasó a ser tratado con una seriedad que pocos países del mundo tenían. La selección que ganó el Mundial de 1958 en Suecia con Pelé y Garrincha fue la primera a viajar médico, psicólogo y hasta dentista en la comisión técnica.

El primer título mundial aliado a la explosión económica que el país vivió en los años 1950 aceleró el crecimiento de las grandes ciudades, la migración de la población para los grandes centros y, con eso, impulsionó la producción de más jugadores cercanos a los grandes clubes. Había canchas por todas las ciudades y todos querían ser como Pelé y Garrincha.

En los años 60 y 70 las metrópolis crecieron y más clubes surgieron en las periferias, donde los niños más pobres pasaron a tener la oportunidad de jugar un deporte extremadamente barato y democrático. La existencia de estos clubes pequeños y de la periferia, aliados con la existencia de ligas regionales (los Campeonatos Estaduales), hace con que equipos modestos puedan enfrentarse a gigantes como Flamengo, São Paulo ou Cruzeiro todos los años y en todos los niveles, de la cantera al profesional, abriendo las puertas para que la red de conocimiento y contactos sea cada vez más amplia.

Un estudio de la Universidad de São Paulo de 2004 y publicado en la revista estadounidense Physical Review demostró que todos los jugadores profesionales brasileños están conectados unos a los otros con un máximo de tres personas. Eso quiere decir que un jugador de Tercera división brasileña está a tan sólo tres llamadas de teléfono de llegar a Neymar. En un mundo profesional normal, la media de contactos es de seis personas. Lo que explica el mundo pequeño en el que viven los jugadores brasileños, algo que ayuda y mucho a la hora de encontrar nuevos talentos o una salida a un club grande o a Europa en todos los niveles.

Un país gigante, con mezclas de pueblos, con una cultura monodeportiva y fanática alrededor de esta modalidad que lleva casi un siglo de profesionalización y desarrollo alrededor de un ambiente con mucho intercambio de información y contacto entre profesionales de todos los niveles.

Quizá sea este el secreto para sacar, año tras año, talentos como Romário, Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho, Kaká, Robinho, Neymar, Vinicius, Rodrygo…