M. Aponzá: "Yerry imitó mi fortaleza para cabecear"
El ex futbolista y tío del aplaudido jugador de la Selección, mostró sus credenciales en el balompié nacional, y se ensalzó: “lo del cabeceó de Yerry va en los genes”.
Cuando el panorama se torna grisáceo, de pronto, aparece Yerry Mina intimidante en el área adversaria, se zafa de la marca hacia el primer palo y sostenido en el aire martilla el balón, que como un cañón se mete al arco, y convierte en júbilo la tensión de los seguidores de la Selección Colombia. Lo hizo este jueves en el Cosmos Arena, en Samara, y también celebró frente a Polonia, por la fecha 2 del Grupo H, la primera anotación de la tricolor en la Copa Mundo Rusia 2018.
Yerry Fernando Mina González (Guachené, Cauca, 23 de septiembre de 1994), lo patentó, desde su eclosión con el Deportivo Pasto, y posteriormente, en Santa Fe, Palmeiras y en la Selección nacional. El espigado defensor central, ya suma 27 anotaciones en una carrera que avanza a la velocidad de un velero.
“Él desde pelado mostró mucho profesionalismo y personalidad. Tiene una mentalidad clara y un propósito enorme de salir adelante. Es un muchacho sencillo, callado, trabajador, serio, que no se olvida de dónde salió; tomó la titular y no la soltó. Llegó como volante y en el Pasto lo ubicamos como defensor central. Le tocó duro, porque aquí al jugador de divisiones menores solamente le dan el alojamiento, la alimentación y un pequeño auxilio cuando empiezan a entrenar con la profesional. Yo valoro mucho el acompañamiento que siempre tuvo de su familia. Y lo de los goles de cabeza, no todos los jugadores grandes lo saben hacer… deben saber moverse, atacar la pelota en el momento justo”, resumió en diálogo con AS Flabio Torres, técnico que hizo debutar a Mina en la profesional (2013) con el Deportivo Pasto.
Este miércoles, desde la mañana, se movilizó hacia Guachené, habitantes de los municipios vecinos: Caloto, Villa Rica, Puerto Tejada, Padilla… Se agolparon en el parque principal de la tierra más sonada en Colombia y en parte del mundo, donde nació el zaguero central del Barcelona español. Como todos los colombianos, se mostraron temblorosos cuando durante el juego, Colombia se estaba quedando al margen del Mundial. “No se ve por dónde. La única esperanza es que en el segundo tiempo, Yerry defina el partido con una bola quieta. Le doy la gloria al Señor porque hoy estamos de fiesta, no solo nuestro municipio sino toda Colombia”, cuenta Mancilla Aponzá que expresó entre sus cercanos en el intermedio del juego que le concedió a la tricolor la clasificación a los Octavos de Final.
Arley Mancilla Aponzá, hoy con 48 años de edad, debutó en el 89 con el América de Cali, dirigido por el médico Gabriel Ochoa Uribe. Luego jugó con el Unión Magdalena, Cúcuta, Deportes Tolima, Atlético Huila y cerró su carrera con Girardot y Soacha del Ascenso Colombiano. Llegó a los ‘escarlatas’ como mediocampista creativo y se consolidó como lateral zurdo.
“Yo era un jugador de dos áreas y fuerte en el juego aéreo en defensa y ataque. Lo del cabeceo de Yerry, va en los genes, y lo adoptó de mí, porque cuando yo jugué, iba bien arriba. Él lo potenció y aprovechó su estatura, aunque en sus inicios, él era un poco gordito y no parecía que fuera a desarrollar esa talla. Su fortaleza inicial, era jugar a uno o dos toques, con mucha técnica. Le ayudó mucho que lo pusimos a jugar en la Primera C del club Raíces de Guachené con jugadores de mayor edad”, cerró Arley Mancilla Aponzá, tío y uno de los forjadores del defensa goleador de la Selección en Rusia 2018.