"Que me digan ‘Manicero’, recuerda de dónde salí”
El ahora extremo chocoano, figura del Deportivo Cali, compartió su historia a AS. Vendiendo maní lograron sobrevivir. Hoy sería titular en el clásico frente al América (8:00 p.m.) en el Pascual Guerrero.
No había espacio para el descanso ni lugar para la comodidad. Por las calles de la hirviente Istmina, donde hasta la lluvia genera un aire sofocante, deambulaba infaltable doña María Delgado, mientras repetía ‘maní, maní, de sal y de dulce’. La acompañaba su hijo mayor o la menor, Carlina, quien ahora improvisa como tutora del baile con el que Didier Delgado celebra sus goles con el Deportivo Cali.
El padre del hogar, Simón, y sus restantes tres hijos, incluido Didier, tostaban y empacaban el maní. En las labores al destajo, también se agregaba la venta de piña y de bolis. “Me dolía mucho, porque mi mamá tenía que salir con sol y lluvia a rebuscar el pan”, rebobina el hoy ponderado jugador de los ‘azucareros’, quien tantas veces soportó la burla de sus compañeros de infancia. “Jugaba con ‘chapolas’, que son zapatos de caucho, parecidos a los de ir a la playa. Cuando uno no tiene, los amigos de ríen de uno”.
Hoy, Didier Delgado Delgado (Istmina, Chocó, 25 de julio de 1992), no escatima para hacer donaciones de los instrumentos de trabajo a quienes lo requieran. Recientemente, lo hizo con los menores de la filial del Deportivo Cali en Andrés Sanín. “De las cosas que más recuerdo en la vida, fue cuando mi padre me regaló los primeros guayos. Yo tenía cerca de 10 años. Fue muy emocionante. Yo pasé por muchos momentos difíciles, por eso, con lo que Dios me ha dado, trato de ayudar en lo que más puedo, para que cuando ellos logren sus objetivos, puedan ayudar a otros”.
La orquesta de Gerardo Pelusso ya suena afinada, porque cuenta con integrantes abnegados por el mejor sonido colectivo. Luego, sobresalen algunos solistas, entre ellos Didier Delgado, quien pasó del relego al que lo sometió el DT uruguayo, a reaparecer en una posición que se suponía improvisada y que terminó siendo muy útil. Delgado, simboliza el esfuerzo sin fatiga. Con los bríos que respalda al marcador de punta, avanza temerario por la orilla derecha, centra o se decide por una diagonal hacia el área; llega a posición de gol, conecta con el compañero mejor perfilado o finaliza. El pasado martes, frente al uruguayo Danubio, por la Copa Sudamericana, celebró bailando. Fue su segundo gol en el año.
El baile de la celebración del gol: “Mi hermana se pone a bailar en la casa y yo le digo que practiquemos, para celebrar así cuando haga un gol. Ella es la que me motiva. Se llama Carlina Delgado y está próxima a cumplir 24 años. Mantengo con ella en todo momento. También bailo con mi hija de un año (Mariana), cuando estoy con ella. Hace sus pasos chistosos. Negro que no baile, es ‘chiviado’”.
Sus sentimientos en el fútbol: “En el Chocó siempre se vive la rivalidad entre América y Nacional. Yo desde pequeño me hice hincha del Nacional, sin embargo, siempre dije que en el equipo en el que debutara, lo llevaría siempre en mis recuerdos y en mi corazón. Por eso, soy hincha del Deportes Tolima, porque en los momentos difíciles, allí me dieron la mano para ser lo que soy hoy en día”.
Su dilatado debut: “Lo hice a los 21 años, que hoy en día es tarde, sin embargo, nunca es tarde para cumplir los sueños. Tengo que darle gracias a Dios y al Deportes Tolima, porque me permitieron lograr el sueño que siempre tuve de ser jugador profesional. Fueron momentos duros. Cuando estábamos en el Chocó, en mi casa, en Istmina, tostábamos y vendíamos maní. Ese era el sustento de la casa. Además, vendíamos piña y bolis. Me educaron muy bien, por eso siempre les doy gracias a mis padres. Yo no salía a vender, porque entrenaba en las tardes. Los que siempre salían, eran mi mamá y mis hermanos. Me dolía mucho, porque mi mamá tenía que salir con sol y lluvia a rebuscar el pan. Vivo muy agradecido con mis padres, se lo merecen todo. Gracias a Dios los tengo vivos. Ahora tienen una rapitienda en la casa. En el Chocó, siempre me han dicho ‘el Manicero’. Con ese apodo, siempre voy a recordar de dónde salí y hacia dónde quiero ir”.
Su momento actual: “Lo vivo con mucha calma. Este momento lo anhele siempre. Sabía que en cualquier momento iba a llegar. Los momentos gloriosos hay que afrontarlos con calma y con humildad, siempre con los pies en la tierra. Cuando uno es humilde, Dios lo premia. Por fortuna, el profesor Pelusso me ha dicho que tengo la confianza de él. Ha sido un baluarte para mí, y se ha visto reflejado en mi carrera. Cuando no me ponía iniciando el torneo, me mentalicé que tenía que trabajar el doble; nunca hice mala cara. Solo confié que en cualquier momento iba a llegar la oportunidad”.
Sus paisanos chocoanos en el América: “No hablo con ninguno de ellos, solo cuando estaba Olmes García, quien también es de Istmina. El año pasado cuando ganamos el clásico, me le gané un almuerzo que hicimos como apuesta. En el Chocó se dice que todo somos uno”.
¿Van a silenciar este sábado el Pascual Guerrero? “Solo Dios sabe que nos tiene para el partido. El que hace las cosas bien, tiende a lograr buenos resultados. Esperemos que la gracia de Dios sea perfecta”.
Deportivo Cali llega al clásico de este sábado (8:00 p.m.) luego de cinco triunfos al hilo, el más reciente fue el martes (3-0) frente a Danubio. Los verdiblancos son segundos en la clasificación (25 puntos) y cuentan con el mayor número de goles (23). En el Pascual Guerrero, solo podrá estar presente la hinchada del local, América, que ocupa la antepenúltima posición (13 puntos). Los rojos, tienen como principal novedad, el posicionamiento de Juan Camilo Angulo como extremo por derecha. El bogotano Andrés Rojas será el árbitro del compromiso, por la fecha 15 de la Liga Águila.
Probables formaciones:
América: Carlos Bejarano; Iván Vélez, Danilo Arboleda, Anderson Zapata, Pablo Armero; Avimiled Rivas, Alejandro Bernal, Juan Camilo Angulo, Cristian Dájome, Carlos Lizarazo y Cristian Martínez Borja.
Deportivo Cali: Camilo Vargas; Daniel Giraldo, Dany Rosero, John Lucumí, Jeison Angulo, Andrés Pérez, Abel Aguilar, Didier Delgado, John Mosquera, Nicolás Benedetti y José Sand.