Qué pena me da lo de James...
Ya es sabido por contrato que James debe quedarse otra temporada más, hasta junio de 2019, cedido en el Bayern Múnich. El pasado verano asumí como inevitable que el crack colombiano cambiase de aires, pero hubo dos cosas que resultaron indigestas. La primera, reforzar a un posible rival en la Champions. La segunda, que la cesión fuera por dos años en vez de por uno, como hubiese sido deseable. Encima, en caso de que en 2019 los alemanes quisieran quedárselo sólo tendrán que abonar 42 millones de euros, poco más de la mitad de lo que el Madrid pagó por él al Mónaco en 2014. No parece un buen negocio. Lo suyo sería repescarlo. LaLiga se ganó en buena parte el curso pasado con jugadores como él, integrados en esa Segunda Unidad que funcionaba como un martillo pilón...
Del resto de cedidos sólo veo con esperanza la explosión definitiva de Vinicius, que en el Flamengo ya va dando muestras de tener talento por arrobas. En julio cumplirá 18 años y quién sabe si ahí tenemos un Neymar mucho más joven e infinitamente más barato. De 400 millones a 45 hay un largo trecho... Al que sigo viendo blandito y sin energía para llevar el peso del escudo es a Odegaard. Un jugador más pintón que resultón. Y ojo a Raúl de Tomás. Temporadón en el Rayo que merecería algo más de atención...