El Real Madrid se harta: 10 penaltis y 9 puntos que volaron
Los blancos no se explican cómo aún no les han pitado un solo penalti a favor en lo que va de Liga. El vestuario y la afición, muy molestos.
Que al Real Madrid no le hayan señalado en lo que va de Liga un solo penalti a favor empieza a ser digno de un programa de Cuarto Milenio. Podría haber ocurrido que los hombres de Zidane hubiesen estado espesos al entrar en el área rival y no hubieran penetrado en zona de conflicto para provocar lo que se llama máximo castigo. Pero no es el caso. Repasando las jugadas conflictivas sufridas por el Real Madrid en las 12 jornadas de Liga disputadas, encontramos nada menos que diez penaltis que se han ido al limbo (¡tres de ellos en el derbi del Wanda!).
Cronológicamente, la relación empieza a finales de agosto, en el Madrid-Valencia jugado en el Bernabéu. Parejo agarró dentro del área a Benzema con una claridad meridiana, pero Fernández Borbalán (¡qué casualidad!) no pitó nada. El Real Madrid se dejó dos puntos esa noche…
El siguiente error aconteció en la 3ª jornada también en el Bernabéu. Fue ante el Levante. Theo hizo un reverso dentro del área y Chema le derribó aparatosamente. Hernández Hernández tampoco quiso saber nada. También ese día el Madrid se dejó dos puntos…
De nuevo fue en el Bernabéu cuando los de Zidane se vieron perjudicados en esta faceta. La derrota ante el Betis de Quique Setién se hubiera convertido en victoria si Mateu Lahoz hubiese señalado los tres penaltis sufridos por los blancos. El primero fue muy evidente al recibir Marcelo una patada en el tobillo de apoyo por parte de Javi García en una acción de gol dentro del área. El excanterano madridista fue de nuevo protagonista en el segundo penalti no pitado al sacar con el brazo derecho desde la línea de gol un taconazo de Cristiano. Y por si fuera poco, Mateu tampoco castigó un agarrón, de nuevo de Javi García, al portugués, cuando se disponía a rematar. Tres penaltis que volaron, como los tres puntos que se fueron…
En la 11ª jornada, otra vez le tocó al Bernabéu ver con impotencia como no se le señalaban los penaltis que sufría su equipo. Esta vez fue Sánchez Martínez. El primero fue un derribo a Casemiro de Míchel, que dejó incluso parados a los jugadores canarios por su claridad. Pasados unos minutos, Lemos llegó tarde a un balón dividido con Nacho y le dio una patada que lo convertía de nuevo en un penalti sin discusión alguna. Tampoco hubo suerte esta vez. Pero al menos el Madrid ganó el partido.
Y llegamos al Wanda Metropolitano, donde se confirmó que en este asunto llueve sobre mojado. La patada que le dio Lucas a Ramos cuando iba a rematar de cabeza dejó una prueba física que no admite dudas sobre el error por no señalar el máximo castigo. Ramos sufrió una fractura en el tabique nasal y no pudo jugar la segunda parte. Borbalán también miró para otro lado cuando Godín, con el brazo separado del cuerpo, frenó un centro de Cristiano dentro del área pequeña. Y por último, tampoco quiso saber nada el almeriense del agarrón continuado y contumaz de Torres a Nacho para evitar que rematase un córner. El Madrid también se dejó dos puntos.
Y a todo ello, añadan los dos goles recibidos en fuera de juego que los árbitros dieron por buenos. El de Jorge Molina en el Coliseum con el Getafe (en ese instante suponía el 1-1, pero el gol final de Cristiano le quitó trascendencia) y el 2-1 de Portu en Girona que sí que le costó a los blancos un punto dado que perdió el encuentro. Por lo tanto, si echamos cuentas, los errores arbitrales sufridos con los penaltis le han quitado al Madrid en esta Liga nueve puntos (los dos ante el Valencia, dos ante el Levante, tres ante el Betis y los dos del Wanda ante el Atlético) al que habría que añadir el de Montilivi, lo que curiosamente da una suma final de diez, la diferencia que ahora tiene el Barça sobre el Madrid. Y no me he detenido en las dos rojas clarísimas que Borbalán perdonó en el derbi a Correa (por un balonazo intencionado a la cara de Benzema) y Savic (por una entrada durísima e intencionada al tobillo de Kroos, que pudo lesionarle), que hubieran resultado determinantes para el devenir del partido porque ambas fueron en el desarrollo de la primera parte.
Es evidente que el fútbol del Madrid debe mejorar, pero si los blancos hubieran tenido arbitrajes que respetasen la literalidad del Reglamento, seguramente a estas horas estaríamos hablando de una Liga disputadísima y con todo abierto. No es de extrañar que los jugadores y los seguidores del Madrid vean con buenos ojos la implantación del VAR a partir de la próxima temporada.
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