Mao Molina se despide: "Me faltó jugar un Mundial"
El volante anunció que en diciembre dirá adiós a su etapa como futbolista profesional después de 20 años de carrera. "No sé cómo será la vida después del fútbol", dijo conmovido.
Pisó la grama del Atanasio Girardot después de despojarse de varias lágrimas y de comunicar oficialmente que en diciembre, con el equipo de sus amores y al que le regaló dos títulos, le dirá adiós al fútbol, “la herramienta que cambió mi vida”.
Mao Molina se paró sobre el césped de su cancha para grabar el video que hará parte del homenaje que Independiente Medellín prepara para el juego de ida de la final de la Copa Águila. Allí, en medio de baile de drones y con su hijo Alejandro como espectador, empezó una charla en solitario con la pelota para iniciar esa dolorosa despedida.
“Soy un hombre sentimental… eso no me avergüenza en un momento como este”, soltó cuando no pudo contener el llanto frente a la nube de micrófonos que lo rodeó este viernes en ese anuncio que ningún hincha del DIM quería escuchar.
“Gracias por acompañarme en este momento tan difícil. Es muy duro para mí y mi familia. Es difícil anunciar mi retiro. Fueron 20 años de una carrera muy linda. Le debo todo al fútbol. Simplemente quiero agradecer a todos lo que hicieron parte de esto”, expresó el volante de 37 años.
Con cuatro pausas marcadas, en las que no salían palabras y luchaba con cada lágrima, ‘Mao’ eligió que su discurso iniciara con agradecimientos en lugar de resumir de entrada sus logros. Habló de su primer entrenador, “El Bogotano” González, valoró su inicio en Envigado, exaltó sus técnicos y le dijo “gracias” a los equipos por los que pasó en sus dos décadas como profesional.
Luego vinieron las reflexiones sobre lo que ha sido su trasegar en el fútbol, que incluye cerca de 700 juegos, 196 goles y 11 equipos en países como México, Argentina, Paraguay, Serbia, Brasil, Arabia y Corea del Sur.
“Intenté dar lo mejor en cada jugada y me entregué al máximo. Cuando estaba joven, corriendo de un lado para otro en la cancha. Ahora, no tanto porque a veces el cuerpo no me acompaña. Espero ser recordado como un jugador que siempre se entregó”, expresó el zurdo.
Para Mao, el premio mayor lo obtuvo con su regreso al ‘Poderoso’ para hacer realidad un sueño: que sus hijos lo vieran salir campeón con el equipo que lo catapultó por completo con un título que cortó una sequía de 45 años y con una Copa Libertadores que lo puso a sonar en 2003 por el continente.
“Mi mayor sueño era volver y ser campeón. Lo logré el año pasado. Fui muy afortunado”, comentó el 20 rojo, quien subrayó que la afición tiene un “capítulo aparte” en su vida.
“Muchas veces la cabeza quiere, pero el cuerpo no te acompaña”, acotó.
Entre bromas habló de sus compañeros y del impacto que causará en David González, su hermano dentro del fútbol, su retirada después de lo vivido en el inicio de sus carreras y de tocar la gloria con la sexta estrella.
“Cuando en el equipo te empiezan a decir anciano es un parámetro para retirarse”, soltó con una sonrisa. Y reveló que el portero le pidió, en esas charlas como compañeros de habitación en las concentraciones, que siguiera “hasta que me dieran las piernas”.
“Él me insistió para que yo no dejara al fútbol, sino que el fútbol me dejara a mí. Yo no quería eso”, relató con la voz quebrada.
Molina resaltó que su carrera lo llevó por caminos extraños y a ligas poco habituales en las que pudo alcanzar cimas y romper paradigmas, como sucedió en Corea del Sur, donde se dio el lujo de ganar la Champions League de Asia con el Seongnam Ilhwa y de convertirse en el goleador del Mundial de Clubes.
“Triunfé en Asia, un continente difícil para adaptarse”, dijo antes de enumerar los momentos más sublimes junto a la pelota.
“En el top de mis logros está primero la Copa América (en 2001), la primera alegría grande en mi carrera. Luego aquel gol en Pasto para la celebración de un título después de 45 años”, apostilló.
Y también evocó su historia en Brasil, que incluyó ver los primeros pasos de unos de los mejores jugadores del mundo en la actualidad. “En Santos tengo los mejores recuerdos. La afición todavía me pide por las redes sociales. Fueron experiencias maravillosas allá, vi debutar a Neymar e hice grandes amigos”.
A menos de tres meses del retiro, ‘Mao’ no ocultó que hubo asuntos que le quedaron pendientes, pero que son compensados con el amor de una afición, los pasajes gloriosos en Asia y poder recibir un “homenaje en vida” que lo llena de orgullo, pues incluye una camiseta conmemorativa –con su cara y la frase #YOLOVIJUGAR- que utilizará el miércoles todo el equipo ante Junior.
“Me faltó haber jugado un mundial. Siento una envidia sana con los jugadores que está ahora en la Selección. Es lo más grande a lo que se puede aspirar. No tuve esa suerte. Me voy con esa deuda”, enunció el mediocampista.
Así, con ese sueño sin conquistar, Molina se siente “victorioso” por lo que consiguió y por poderse marchar con la “satisfacción del deber cumplido”, frase que espera redondear con el título de la Copa Águila para empezar como campeón un ciclo incierto.
“No sé cómo será la vida después del fútbol”, expresó el ídolo del ‘Poderoso’, que solo tiene claro que se seguirá preparándose para mantenerse unido al fútbol desde un cargo administrativo, pues como técnico “no me veo”.