Hamilton, el caballero inglés
Mentiría si dijera otra cosa: tenía el convencimiento de que Hamilton no cedería la posición a Bottas. Me parecía que una cosa era decirlo y otra, bien diferente, hacerlo. Ha renunciado a una posición en el podio y, más importante incluso, a unos puntos que quizá puedan ser valiosos en la lucha por el título. Tampoco creía que el británico fuera a estar muy preocupado por lo que pensara su compañero o el equipo Mercedes si no cumplía con su palabra, que lo haya hecho ha sido para mí una de las grandes sorpresas del GP de Hungría. Un domingo protagonizado por otro teórico escudero, Kimi Raikkonen, que trabajándose su renovación con Ferrari ha sido más disciplinado de lo previsible, respetando el liderato de Vettel y cubriéndole las espaldas del ataque de los rivales.
Y si hablamos de protagonistas en Hungaroring tampoco podemos dejar de hacerlo de los pilotos españoles. Alonso y Sainz lucharon con intensidad al comienzo de la competición y a continuación volvieron a dejar muy claro que se encuentran claramente por encima del potencial de sus monoplazas. El asturiano tiró de galones para adelantar al madrileño y dejó su sello de calidad con esa vuelta rápida, sólo un gesto pero valiosísimo considerando los medios con los que cuenta. El mismo planteamiento es aplicable a Carlos, no se le puede pedir más con su Toro Rosso y sigue enviando señales indiscutibles de que necesita algo más. La Fórmula 1 se va ahora de vacaciones con estupendas expectativas para afrontar la segunda mitad de temporada.