Mosquera: “Dicen que Popayán es el final de mi carrera”

A los 13 años de edad, Luis Fernando Mosquera asumió el reto. Abordó un bus de Buenaventura a Cali, y en su primera práctica con el Boca Juniors, lo eligieron. “Le dije a mi mamá que quería jugar fútbol e iba a ser profesional”. También se propuso: “jugar en el exterior y estar en la Selección Colombia”. Todas las anteriores las cumplió.

En su palmarés, registra: título de Liga con Medellín (2009), y con Nacional, campeón de Liga (2013), Superliga y Copa Colombia. También hizo parte de la nómina del Cali que logró el título de Liga en el Apertura de 2015. Muchas veces, aquejado por lesiones, sufrió su mayor quebranto, el 2 de agosto del 2013 cuando calentaba a un costado de la cancha de Palmaseca, próximo a hacer su debut con el Deportivo Cali.

“Fue en un salto, cuando caí, sentí como si me hubieran pegado una pedrada ahí atrás (tendón de Aquiles). Por más de que uno fortalece y hace trabajos preventivos, en ocasiones las lesiones aparecen. En un comienzo me deprimía, pero también interpreto que todo jugador de alto rendimiento está expuesto a estas situaciones”, comentó el delantero, y reconoció: “no ha sido fácil desde que salí del Cali, por la lesión que sufrí. Gracias a Dios, hace mucho tiempo que estoy bien, y la gente quizás no sabe”.

Tenía 17 años cuando debutó en Colombia con el Deportes Quindío. Antes lo había hecho en el uruguayo Huracán Buceo. Luego de levantar progresivamente el vuelo, en Cortuluá, Centauros, Santa Fe y Medellín, respectivamente, llegó al fútbol mexicano, a Jaguares de Chiapas, a compartir equipo con su compañero Jackson Martínez, sin embargo, tampoco pudo superar sus problemas médicos.

Tras su salida del Cali, descendió de categoría, a la B, con el Real Cartagena, y para el presente semestre, el asistente técnico del Universitario de Popayán, lo convenció de sumarse al conjunto payanés. En su regreso a sus orígenes, Mosquera, además de su innata calidad técnica, está demostrando exigencia, e inspirando a los jóvenes jugadores del equipo que dirige César Torres. “Espero alzar vuelo acá en el Universitario, que es un equipo muy joven, pero con muchas ganas de salir adelante. Vuelve uno como a iniciar”, sostiene el bonaverense de 30 años de edad (17 de agosto de 1986).

¿Llegar a Universitario es como estar de salida? “No es estar de salida. Es la oportunidad que me brindó Dios de volver a jugar. Espero dar el máximo, retomar mi nivel y por qué no, el próximo año, estar en un equipo grande”.

¿Fue su última opción? “Se hablaron muchas cosas. Llegó mucha gente y al final, decidí quedarme en Popayán, porque estoy en Cali, con mi familia y con un cuerpo técnico que me conoce. Hay gente que dice que estar en Popayán es el fin de mi carrera, sin embargo, lo estoy tomando con la mayor seriedad posible. Sé que si hago un buen torneo, el próximo año, puedo estar en un equipo grande”.

¿Qué tan complejo es volver luego de una rotura de tendón, como lo padeció el arquero del América, ‘Neco’ Martínez? “Es una lesión muy complicada, que uno nunca se imagina que le va a pasar, y más de la forma en la que le pasó a ‘Neco’ Martínez, pero a eso estamos expuestos los jugadores en el fútbol. Le deseo una pronta recuperación, sé que no va a ser fácil, pero es un gran profesional y sé que va a salir adelante. Infortunadamente, yo tuve una recaída durante la recuperación, se me reventó el tendón más abajo y por eso me demoré un año en volver a jugar. Es un tema que ya dolió lo que tenía que doler”.