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Lucas Lima: cuando ilusiona más vender que fichar

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Los fichajes siempre ilusionan al personal. Por eso, la gente sigue bajando a la playa bebiéndose el periódico en estos meses y las noticias sobre el mercado son el no va más en las webs. Sin embargo, hay momentos en los que las aficiones están más interesadas en cumplir una norma innegociable del código de circulación del metro: dejar salir antes que entrar. Imaginen cómo está el Barça en estos momentos, triste por ver al tridente al mando sin una tripulación a la altura y dolorido por las Champions del Madrid, que lo que de verdad inquieta al culé a estas horas es que Bartomeu y Robert Fernández cierren cuanto antes las bajas con Valverde. Primero lo urgente y después lo importante. Puede que vengan Bellerín, Verratti o Dembelé; uno, dos o los tres, pero lo realmente vital para el soci es no volver a tragar con los errores de Mathieu, con la pachorra de Arda y con la frialdad de André Gomes. Con Alcácer, al menos, se ha asumido que suda y presiona.

El aficionado del Barça puede vivir sin problemas viendo a Verratti con un cigarro en la boca por Ibiza y preguntando a los parabólicos si Dembelé tiene algo en común con el uno contra uno de Simao o Quaresma, pero lo que de verdad le agita es cuando se publica cualquier noticia o rumor que señala el atasco de la operación salida. Esas que hemos venido leyendo estos días referentes a que Digne dice que se queda, a que Mathieu podría rechazar ofertas para seguir de blaugrana o a que el club dice ‘no’ a 35 kilos por André Gomes seguro de que el portugués algún día jugará como en Portugal. El seguidor ya no está para bromas. No perdona que esta secretaría técnica haya logrado que de los últimos ocho fichajes realizados en las dos temporadas con Robert Fernández, sólo Umtiti se haya revalorizado. No lo digo yo, lo desgranan páginas especializadas como Transfermarkt.

Mientras el central ha aumentado su valor de mercado, el resto vale menos ahora que cuando llegó. Aleix Vidal (de 10 millones de valor a 7,5), Arda (35/24), Alcácer (20/18), André (30-25) y Cillessen (12-9) han bajado su cotización mientras que Denis (18) y Digne (16) han logrado, como mucho, el equilibrio. El tema es grave y significativo, porque llegar al Barça es ponerte a trabajar al lado de Messi, Neymar y Suárez. A simple vista parece que jugar mal, o peor que antes, es casi imposible. Pero lo que se confirma es que tanto talento arriba hace que sólo crezcan complejos por detrás. Para jugar en un grande no vale sólo con despuntar en cualquier equipo o cualquier país. Ni tener un buen representante. O ser una promesa con futuro. Para jugar en este Barça tan exigido ahora a corto plazo se aconseja, más que nunca, haber demostrado ya cosas en la élite. Si en Brasil tienen dudas con el fichaje de Lucas Lima, con 26 años y libre tras no haberse pegado nadie por comprarle antes, no quiero pensar lo que se pasará ahora por la cabeza a un culé de Calahorra. Por el socio, más vale que el Barça eche primero lastre que volver a la época de comprar por comprar (Christanval, Coco…), estresados y con el dinero justo, con tal de que sirva de maquillaje.