Alonso nos devuelve la ilusión
Volvemos a confiar. Volvemos a creer. Fernando Alonso nos ha devuelto la ilusión con su experiencia (o experimento, como prefieran) en Indianápolis, sentimos de nuevo ese cosquilleo en el estómago propio de las vísperas del que puede ser un gran día. La gente, aficionados al automovilismo y quienes no lo son tanto, pregunta cuándo es la carrera, si se puede ver en televisión y, sobre todo, cuáles son las posibilidades del asturiano. Es así porque sus entrenamientos y su posición en la parrilla son una invitación al optimismo, pero ante todo diría que las expectativas surgen porque en el fondo sabemos que este español es uno de los grandes, haga lo que haga. Algo que deberíamos valorar en su justa medida y disfrutar como un privilegio que no es accesible para cualquiera.
Parece evidente que Alonso está preparado para el desafío. Su exhibición hasta el momento no deja lugar a dudas, es la consecuencia directa de la capacidad de un piloto en la plenitud de su carrera, en la cumbre de su potencial técnico, físico y vital. Obviamente desconozco cuál será el desenlace de este primer desafío de la Indy (seguramente habrá más), lo indiscutible es que volvemos a tener razones para sentarnos el domingo delante de la tele dispuestos a presenciar algo que quizá sea histórico. Ya lo está siendo, de hecho. No sólo en España existe un interés inédito por una competición que la mayoría está descubriendo ahora, desde Estados Unidos y el mundo entero se mira con atención a ese óvalo como el escenario de la resurrección de una leyenda que nunca ha dejado de serlo. La de Fernando Alonso, bicampeón del mundo de F1.