Guti, preparado para dar el salto...
Sin hacer mucho ruido pero con un paso firme y sin renglones torcidos, Guti va sumando medallas de oro a su recién iniciada carrera como entrenador. Tras aceptar una primera formación en los banquillos siendo ayudante con los más pequeños (arrancó con los infantiles), aceptó dar el salto con galones al Juvenil A consciente de que su propuesta iba a ir muy en serio. Guti siempre fue considerado un genio con botas al que se le miraba con cierto recelo por su rendimiento irregular cuando jugaba al lado de Raúl, Iker y compañía. Siempre dije que en su bota izquierda tenía un Balón de Oro, pero el ‘14’ optó por disfrutar del fútbol sin convertirlo en una obsesión. Ello alimentaba las dudas de los que no le conocen bien sobre su capacidad para aceptar un reto que exige tanta intensidad y desgaste como el de llevar desde el banquillo a 15 o 20 futbolistas de perfil dispar.
Pero Guti maduró hace tiempo. Personal y profesionalmente. Desde que aceptó el reto del Juvenil A siempre tuvo claras dos premisas: disfrutar él y que disfruten sus chavales. Guti es madridista de corazón y su sinceridad a veces le jugó malas pasadas, pero ese lenguaje directo le permitió ganarse a sus juveniles desde el día que se presentó ante ellos en Valdebebas. A él le pasó lo que a Zidane en el primer equipo. Muchos de sus pupilos le tenían como ídolo y de pronto pasó a convertirse en el nuevo jefe de la oficina. Eso le ahorró muchas palabras y pérdidas innecesarias de tiempo. Lo importante es que el Juvenil de Guti juega muy bien al fútbol. Se acercó a la corona de Europa y ya es campeón de campeones en España. Guti, nos vemos muy pronto en el Castilla...
