Lewandowski jugará el martes en el Bernabéu. No creo que sea un reedición actualizada de aquello de la aparición de El Cid después de muerto, pero es evidente que los alemanes se jugarán esta baza como último intento para voltear en el Bernabéu una eliminatoria que ahora mismo la tienen en japonés. El polaco es medio Bayern. Y se ha visto en la semana más nefasta de los bávaros desde que Ancelotti se hizo cargo del banquillo dejado vacante por Guardiola el pasado verano. Ante el Madrid sólo marcaron un gol (cabezazo de Vidal). Y en Leverkusen, ayer sábado, cero patatero. Dos partidos sin Lewy, un solo gol y tanto Robben, como Müller y Ribéry inéditos. La verdadera pólvora del Bayern la tiene el gigante de Varsovia. Müller ha quedado en evidencia en estos dos encuentros y Carletto se ha visto obligado a decirle a Lewy que se deje el dolor en casa y 'arrime el hombro' para echar una mano en el momento clave de la temporada.
Sergio Ramos, apercibido, será clave
Este pedazo de nueve nos metió cuatro goles en una tarde nefasta cuando el Madrid jugó en Dortmund ante el Borussia, aunque también recuerdo que en el partido de vuelta en el Bernabéu el gran Sergio Ramos lo anuló con un marcaje para enmarcar. La batalla del martes va a ser espectacular. El 1-2 del Allianz no asegura nada. Cuando hablamos de Madrid o Bayern, no hay resultado irremontable. Por eso hizo bien Zidane en reservar a ocho titulares en el partido del Molinón (no cuento a Bale porque el galés está descartado por su enésima lesión en el sóleo). Hay que jugarle al Bayern como si el partido de ida hubiese acabado en tablas. Hay que ser ambicioso y no especular. Y, sobre todo, Ramos y Nacho deben esmerarse con Lewansdowski. Va a dar mucha guerra. Con hombro maltrecho y todo, es una máquina de hacer goles. Y Ramos no puede ver tarjeta si quiere llegar limpio a la ida de las semifinales. Pero primero, consumemos la caída del Bayern. No me fío de estos tíos ni un pelo…
