Brasil ha vuelto a enamorse de su seleccionado nacional. Virtualmente clasificada para el Mundial de Rusia, la canarinha lleva siete victorias seguidas en las eliminatorias con 21 goles marcados y sólo dos encajados. Junto al éxito llegaron los halagos de la prensa y el ambiente de euforia a los entrenamientos de la selección en São Paulo para el partido de esta noche frente a Paraguay, algo que le preocupa el seleccionador Tite. Tanto para que el mister convocara una reunión ayer con su plantilla para intentar evitar el exceso de confianza y mantener el grupo motivado. Para esta cita la tarea no parece difícil. El rival es la bestia negra de la canarinha, que lleva ocho años sin vencer los paraguayos. Firmino es duda con inflamación en la garganta. Dani Alves, sancionado, es baja. En su plaza deberá jugar Fágner, del Corinthians, ídolo local. Pero Mariano del Sevilla podría tener minutos.