El COI tiene un gran problema
La justicia francesa tiene evidencias de que el proceso de adjudicación de los Juegos a Río pudo ser sucio. Nos cuenta 'Le Monde' que un hombre de negocios brasileño entregó 1,5 millones de dólares al hijo de Lamine Diack, entonces presidente de la Federación Internacional de Atletismo y miembro del Comité Olímpico Internacional (manzana podridísima se ha demostrado después) para, según sospecha el medio francés, engrasar voluntades. Lula Da Silva, en Copenhague, 2 de octubre de 2009, celebró como un loco la concesión de los primeros Juegos a Sudamérica después de mostrar un mapamundi virgen de olimpismo sobre esa tierra. En primera ronda había ganado Madrid (28 votos) por delante de Río (26), Tokio (22) y Chicago (18), al que de nada les sirvió la presencia de Barack Obama. Luego cayó Tokio. Y en la final, la candidatura carioca arrasó a Madrid: 66 contra 32. De nada sirvió el gran proyecto de Madrid frente a la incertidumbre de Río.
Madrid partía también como favorita en Buenos Aires para llevarse los Juegos de 2020. También acabó hundida. Influyó la crisis, sí. Influyó la mala gestión de la Operación Puerto, también. Deslumbró la promesa de dinero y patrocinadores de Tokio, a la postre ganadora, por supuesto. Pero luego también se supo que Tokio pagó cuatro millones de euros a la IAAF para patrocinios poco claros, algo que no hizo Estambul, a los que llegó la proposición. Ni Madrid, claro, que volvió a perder.
No puedes pedir a una ciudad ilusión y grandes esfuerzos, darle palmaditas diciendo que está 'todo bien' y estrellar la ilusión contra muros invisibles. Para la elección de 2004 fueron cayendo por presión de movimientos ciudadanos Toronto, Hamburgo, Roma y recientemente Budapest. Sólo quedan París y Los Ángeles. Hay una auténtica crisis, no lo achaquen todo al populismo. Las cuentas de beneficios, por mucho que las adornen, se estrellan además con imágenes como las instalaciones abandonadas de Río. El tráfico de maletines, que seguro que no es generalizado pero todo cuenta, tampoco ayuda. El COI tiene un gran problema. Está por ver si las reformas de la Agenda 2020 (que calca el proyecto de Madrid, al que no se le dieron los Juegos) seduce. Será complicado. La gente no les cree.