La sombra de Iniesta marca goles
El Barcelona se dio cuenta temprano de que no podía jugar sin Andrés Iniesta y decidió poner a todo el equipo en su lugar. Sin esa alegría que el futbolista albaceteño le da al equipo azulgrana, los jugadores parecen disfrutar de una playa difícil, de la que los saca Leo Messi cuando las cosas vienen mal dadas. Ayer, en Ipurua, se produjo esa pájara habitual en las ausencias del capitán barcelonista. Además se lesionó Busquets, lo lesionaron, y todo se ponía más cuesta arriba. El Eibar, que en la piel de tela se parece al Barça, decidió ser más que un club y le puso al guardameta Ter Stegen las manos en la garganta.
Sudamos los aficionados, sudó el equipo, hasta que el triplete que está bautizado para ser compacto decidió juntar las piezas y empezó, uno, dos, tres, cuatro, hasta completar un arco que le hizo exclamar a Flaquer, en ‘Carrusel’, el aviso que ya correspondía: mucha atención, el Barcelona ya cuenta con seguir compitiendo. Además, no fue sólo eso, sino que el equipo azulgrana se impuso con una calidad de pase superior a sus anteriores encuentros, de cierta vulgaridad, y no ganó solamente por táctica o necesidad, sino también por alegría. Como si una fuerza exterior inteligible lo estuviera impulsando desde fuera, el Barcelona ahora parece otro equipo. O al menos, pareció otro anoche. Quizá era la sombra de Andrés Iniesta alentando.