Ana Ivanovic: disciplina y pasión en la élite del tenis
“El tenis es mi prioridad y siempre lo será”. Ivanović respalda sus palabras con hechos. Desde que era niña puso el tenis con su objetivo en la vida y con disciplina se convirtió en una de las mejores del planeta.
Ana Ivanović lo soñó una vez. Tan solo era una pequeña cuando el tenis la cautivó. La televisión le permitió ver una figura a seguir, Mónica Seles, su compatriota y una de las grandes estrellas del tenis mundial en los años 90. Desde entonces, Ana ingresó en el tenis, incluso ella misma, siendo apenas una niña, buscó en donde entrenar.
Las complicaciones para entrenar en Belgrado, nunca la detuvieron. Ella mantuvo el enfoque, su objetivo no era negociable. Sus condiciones y el arduo entrenamiento le permitieron hacer realidad eso que alguna vez soñó: Ser tenista profesional. En 2003 empezó una carrera con obstáculos, pero llena de triunfos.
En 2008 llegó uno de sus momentos cumbres, cuando ganó el Roland Garros. Para ello, la disciplina fue fundamental. No solo la disciplina física, también la fuerza mental. Ivanovic encontró en los rituales un punto clave para mantener la concentración en los momentos determinantes.
Por ejemplo, cuenta ella, antes de los partidos, prefería estar sola, con la tranquilidad de escuchar música para enfocarse en una estrategia a seguir. Además, durante las competencias lavaba la misma ropa varias veces para poder ponérsela en todos los partidos de un torneo, porque eso le hacía sentir suerte.
Pero en el deporte mantenerse cuesta. Ana, después de ser la mejor tenista del mundo en 2008, vio con en 2010 su ranking descendió hasta el puesto 65. Fue momento de volver encontrar foco. Los grandes caen, pero también se levantan, y así lo hizo Ivanovic. En 2014, tras una temporada espléndida en la que ganó cuatro torneos, volvió a meterse en el top 10.
Ivanović es una de las tenistas más reconocidas del mundo. Nunca ha perdido su norte, su objetivo es el mismo, el tenis, a pesar de que su belleza también ha cautivado a los aficionados. “La gente me conoce por cómo juego, no por ser guapa. Nunca elegiría una sesión fotográfica antes que un entrenamiento. El tenis es mi prioridad y siempre lo será. Me gusta, lo disfruto”, dice Ana.