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Nunca estuvimos para ganar el partido a Brasil. Pero lo perdimos por errores, no digo infantiles, sino por descuidados. Nos pasó en el primer gol de Miranda, cuando sorprendió a Bacca su marcador provisional, anticipó y muy temprano, sin dar tiempo para averiguar qué queríamos jugar. Al minuto estábamos perdiendo.

Ni hablar del gol de Neymar que significó la victoria brasileña. Nadie estuvo en esa zona. Ni Medina, ni Jeison ni algún volante y así perdimos 2-1.

Generalmente los juegos se pierden por errores individuales. Y así resultó el asunto. Puede resultar por mezcla de falta de concentración o reacción.

Sin embargo, el técnico Pékerman, por terco o por creer en su forma de ver e interpretar el fútbol, contribuyó a la derrota. Muchas horas antes, todos sabíamos, los estudiados, nosotros los neófitos o el simple aficionado, que la zona izquierda con Neymar y a sus espaldas, Marcelo, nos iban a atacar, como en efecto resultó. Tanto así, que cuando ingresó Cuadrado para el segundo tiempo, se pudo en parte neutralizar el empuje y el peligro que siempre llevaron esos dos jugadores. No fue culpa de Medina, porque él entró, atendiendo petición del técnico. El jugador Arias, con más oficio en marca era el indicado.

También es preciso advertir del escaso aporte de varios jugadores. De los cuatro delanteros utilizados, si acaso Muriel quiso hacer algo. En la zona de volantes, Macnelly estuvo flojísimo en su cooperación para hacer jugar al equipo. James Rodriguez, pudo haber jugado su más desteñido partido desde que es capitán y titular.

Nuevamente David Ospina, con tres eficaces acciones en el primer tiempo, impidió la caída del arco, mientras el joven Barrios realizó buen trabajo, al lado de fogoso Carlos Sánchez.

El balance de valores para aplaudir es pobre. Y si los llamados a ordenar y crear no lucen el equipo mal puede funcionar.

Es probable que otros resultados, alimenten posibilidades de clasificación y la tabla, apretada por cierto en puntos, disimule la tristeza por esta salida.

Lástima perder partidos de esta manera. Estábamos sufriendo mucho, aunque con un empate nos dábamos por bien servidos. Pekerman se equivocó en el diseño del equipo y varios de quienes fueron al campo, no respondieron como era de esperar.

Una lástima.