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El show americano. Ann Arbor es una ciudad pequeña y tranquila, cercana a la industrial y grisácea Detroit. Allí son amantes del otro fútbol, el americano, donde levantan pasiones los Wolverines de la Universidad de Michigan. En esta tierra les gusta el show, la comida rápida entre parón y parón del juego, los vídeos lacrimógenos recordando a las viejas leyendas... Pero el fútbol de verdad, el que inventamos en Europa, les llama la atención cada vez más. Eso sí, es necesario darles momentos mágicos alejados de nuestro afán tacticista y ese rigor inherente a nuestro respeto por este deporte. Lo bueno es tener en tu plantilla gente capaz de desguionizarse para seducir a la grada, siempre rescatando una sonrisa, desdramatizando los partidos y alimentando el espectáculo. En esa dinámica creativa, Marcelo es único. Su dorsal, el 12, es un homenaje a los fieles, que ayer se dieron cita en un numero significativo en The Big House: 105.826. Todos ellos gritaron “Ooooh” dos veces. Los dos golazos de Marcelo al Chelsea lo merecían. Nadie espera eso de un lateral izquierdo. Pero de Marcelo, sí. Mi hijo, que como casi todos los críos del planeta lleva dos semanas enloquecido con el Pokémon Go!, desde que tuvo conocimiento de lo que era el fútbol siempre se fijó en Marcelo, al que ve como el Pikachu del fútbol. Yo le hablaba de la leyenda de Raúl y de las proezas de Cristiano, pero él siempre me decía: “Papá, el que más me gusta es Marcelo”. Llegó al Madrid con 18 añitos y pronto habrá completado su década prodigiosa en el Bernabéu. Y encima ya es el Pichichi del verano con sus tres goles (uno al PSG y dos al Chelsea). Marcelo no costó 100 millones de euros. Sólo 5,5. Eso sí que es un GRAN FICHAJE...

Nació en Barcelona... Para ser más exactos en Premià de Mar, a sólo 23 kilómetros de la Ciudad Condal. Su padre es español, pero su madre, dominicana, le dio la doble nacionalidad. Mañana cumplirá 23 años con todo el orgullo del mundo. Mariano Díaz Mejía se incorporó a la fiesta iniciada por Marcelo con un golazo de los que hacen afición en un país como los Estados Unidos, que celebran esos remates lejanos como si fuesen un triple de 15 metros. Mariano dejó en evidencia los reflejos lejanos de Begovic con un obús que aumenta la competencia arriba. Más ahora que Morata está en fase de acoplamiento (se le nota), que Benzema está ausente por una cadera dolorida, que Bale aterriza hoy en Valdebebas y que Cristiano completa en Beverly Hills sus merecidas vacaciones. Mariano sabe que sería el quinto delantero de la plantilla (Jesé se marcha al PSG), por lo que deberá salir cedido para regresar licenciado en Harvard, como hizo Morata. De momento, a Mariano que le quiten lo bailao. En la República Dominicana habrá más madridistas a partir de ayer. ¡Qué bestia!

Zidane, tranquilo. Aunque Hazard maquilló el fiasco del Chelsea de Conte (España, has quedado vengada por lo de la Eurocopa) aprovechando que el Castilla+Danilo fue su rival en la última media hora, los ingleses mostraron demasiadas lagunas ante un Madrid que jugó de salida con sólo tres titulares de la final de Milán: Carvajal, Marcelo y Casemiro. El miércoles, ante el Bayern Múnich del amigo Ancelotti, ya veremos a Sergio Ramos, Modric y James (¡morbazo!). Todos ellos, más Kroos, Bale y Pepe, que hoy vuelven al tajo, estarán el 9 de agosto ante el Sevilla en la patria de Odegaard. Supercopa en juego. Con Zidane, yo tranquilo...