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Buscando las razones que llevaron a Chile a conquistar por segunda vez en su historia la Copa América, adornada con aquello de la Copa Centenario, resulta evidente que en el tiempo se extiende el sello que impuso en su momento Bielsa. 

Es probable que la selección roja esté utilizando jugadores con una edad grande, aunque es preciso advertir que el ciclo lo cumple con jugadores hechos y derechos. Si faltaron entre otros, el Mago Valdivia y Matías Fernández, los ahora dirigidos por Pizzi, cuentan con la madurez de Arturo Vidal, jugador para estar presente en esta clase de gestas. Bueno para jugar, para entender los juegos, como se vio en la final con Argentina, donde después de la expulsión de Marcelo Díaz se puso en el plan de organizador, repartidor de pases y manejador de las pausas requeridas. 

La huella dejada por Bielsa y continuada por Sampaoli, tuvo en Pizzi un estupendo seguidor, aplicando una simple dosis de lógica. Si los jugadores y es de suponer que les preguntó o consultó si se quiere, admitieron estar conformes con el estilo de juego y la mecanización de movimientos en el terreno. Desde Claudio Bravo, hasta los delanteros por los costados, Alexis Sánchez y Vargas, conocían al detalle cómo les iba mejor. 

La preocupación de enfrentar a Messi, jugador desequilibrante, la resolvieron en un acto de solidaridad. Siempre lo vigilaron entre dos o tres si era necesario y tenían planes para evitar que generara fútbol. Pendientes estuvieron de marcar a los posibles receptores. Cada uno cumplió con la misión, sin advertir de reproches, cuando se cometieron errores, como pasó con Medel, en aquella acción donde quedó mano a mano Higuaín con el arquero. Y fue Bravo quien evitó con un espectacular movimiento el que bien pudo ser gol. 

Contra todo pronóstico, porque todo señalaba a Argentina como favorita, los chilenos aplicaron principios básicos en el fútbol. Atención y concentración, y aplicación a un plan predeterminado. Allí ganaron y cuando se "calentó" el choque, estuvieron todos dispuestos a responder. 

Por seriedad, entrega, se llevaron la Copa para sorpresa de muchos, aunque sí se revisa la historia, sólo dieron beneplácito a la enseñanzas y consejos ofrecidos por Bielsa.