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Steven Arce

Ir al mundial, o ir A LOS MUNDIALES

Actualizado a

Después de la presentación de Colombia en la Copa del Mundo de Brasil, muchos de nosotros creímos haber roto cualquier barrera, aseguramos alegremente hacer parte ya de la elite del fútbol mundial, desconociendo dos términos importantes, que durante toda la historia de este deporte, han tenido una relevancia absoluta: PROCESO Y TRADICIÓN FUTBOLÍSTICA. Por eso selecciones como Argentina y Brasil en nuestro continente, incluso la propia Uruguay, en Europa aquellos que han sido campeones del mundo, o que han por lo menos llegado a una final, tienen en su ADN ambos conceptos desarrollados, nosotros en cambio tenemos algo que otros no tienen, y que por fortuna es lo más importante a la hora de competir: EL TALENTO.

Pero entonces ¿en qué momento estamos y cuáles deberían ser nuestras posturas frente a dicha realidad? Es simple, estamos trabajando el campo que lleva al talento a ese conjunto específico de elementos que nos permitiría no solamente ir a 2 o 3 mundiales seguidos, sino a una continuidad como la de las grandes potencias del fútbol, y es el campo de la mentalidad.
José Pékerman ha hecho una labor grandísima allí, le ha facilitado al futbolista colombiano, creer que se puede, que tiene la materia prima, pero que sobretodo dicha materia, debe estar acompañada por sacrificio, trabajo constante y paciencia, mucha paciencia. ¿Cuántos años acaso tardó Alemania, que tiene como único objetivo ganar copas, volver a levantar un mundial? 24 años, de proceso, de encontrar identidad, de cultivar generaciones de futbolistas que sirvieran de ejemplo para aquellos que tendrían aun mayor responsabilidad que quienes en ese momento, estuviesen llevando la camiseta, y por eso después de más de 2 décadas, volvió a la cúspide del futbol mundial.

Ahora, es difícil compararse con Alemania, porque mientras ellos buscan ganar el mundial, nosotros buscamos clasificarnos, pero no basta con conseguir ocasionalmente la clasificación, es menester implantar una filosofía conjunta de trabajo, donde la liga, la formación de los jugadores, la prensa, y los clubes de fútbol, sigan generando credibilidad en lo que tenemos ya construido. El ejemplo claro de esa dinámica es China y Estados Unidos, ambas potencias en todo, excepto en el fútbol, por eso han fortalecido sus ligas locales, han llevado grandes jugadores para que marquen la ruta a los jugadores del medio, y por fortuna nosotros no tenemos que hacer eso, porque ya tenemos el talento. Así que no nos dejemos llevar por la inmediatez, pensemos en que el proceso sí ha avanzado, pero no lo suficiente, como para que en el Mundial de fútbol ya tengamos una silla reservada cada 4 años; vamos por ese camino, pero aún las millas no redimen esa exclusividad.

Reflexión final: Tenemos una gran generación de futbolistas, pero cuando se presenta un recambio como el nuestro, y los reemplazos de Falcao, Macnelly, Zúñiga, entre otros, están sentados también en sus respectivos clubes, nos indica que ese cambio generacional, no será tan fácil, ni tampoco tan rápido.