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Nacional vs. Junior

¿Cómo debe jugarle Junior a Nacional para ser campeón?

Junior visita a Nacional con un 2-1 a su favor. El manejo de la pelota, el control del medio y la actitud de sus jugadores son las claves para llevarse la octava estrella del Atanasio.

BogotáActualizado a
Ovelar festeja el 1-0 de la ida ante la mitad de Franco Armani.
Junior FC

Junior entrará a la cancha del Atanasio siendo campeón. Cuando el árbitro Gustavo Murillo haga sonar su silbato, este domingo a las 6:00 p.m., la estrella de Navidad comenzará a pintarse de rojo y blanco. La final la va ganando 2-1, así que la presión, la obligación y el reloj son propiedad de Nacional.

La pregunta es: ¿cómo debe jugar Junior para mantener esa ventaja y dar la vuelta olímpica en Medellín?

La estrategia para alcanzar el título se divide en dos aspectos: el futbolístico y estratégico y el emocional y mental.  

Los dos están directamente relacionados y son igual de importantes y determinantes porque de nada sirve que el cuerpo técnico planifique un partido perfecto si no hay actitud y concentración en los jugadores. Y de nada sirve que los futbolistas estén dispuestos si la estrategia y el planteamiento no son los adecuados.

EL FÚTBOL Y LA ESTRATEGIA

La palabra clave es el equilibrio. El planteamiento debe ser moderado. Ni muy defensivo, ni muy ofensivo.

Está claro que el partido será muy distinto al del pasado miércoles en Barranquilla, no solo porque cambia el escenario, la cancha, el entorno y la temperatura, sino porque el rival tiene la obligación y la necesidad de mostrar sus cartas desde el principio y salir a buscar el partido desde el primer minuto.

Aquella frase que dice que los partidos se ganan y se pierden en la mitad de la cancha cobrará más vigencia que nunca este domingo. Ahí está el secreto del éxito y la llave de la copa.

Por eso, si Junior quiere controlar el medio campo y jugar el partido a su ritmo y no al de Nacional, debe copar la zona de recuperación con Guillermo Celis, Gustavo Cuéllar y Luis Narváez.   

Tener tres volantes de marca o de primera línea no significa defenderse. Significa filtro, marca, equilibrio y sobre todo hacer mayoría en un lugar del campo en el que el rival es fuerte, por la calidad de jugadores que tiene y por su especialidad en el manejo de la pelota.

En la ida, en Barranquilla, Nacional mejoró cuando recuperó su ADN (el control del balón) y potenció lo que mejor sabe hacer: distribuir, administrar y llegar al arco contrario con la pelota al pie. De ahí la importancia del tridente Celis-Cuéllar-Narváez.

Si Junior quiere ser campeón en el Atanasio debe ser el amo y señor de la zona 2 del campo.

Si se repliega en zona 1 -salir a defenderse en el primer tercio de la cancha- será inevitable que Nacional lo 'meta en su arco', iguale la serie y siga de largo. Si sale a plantear el juego en zona 3 -salir a atacar- será un 'suicidio futbolístico' porque Nacional también es experto en aprovechar los espacios y jugar rápido y largo

La línea de tres podría complementarse con dos volantes 'manejadores' y 'llegadores' como Vladimir Hernández y Jarlan Barrera. O Vladimir y Jorge Aguirre. Con ello se edificaría un medio campo de cinco volantes con marca, equilibrio, control, dinámica y sorpresa. El módulo ideal sería 1-4-3-2-1.

La otra posibilidad es incluir otro hombre en punta, excluyendo a Jarlan, para hacer un 1-4-3-1-2 con Toloza y Ovelar nuevamente en ataque. Pero eso dependerá no solo de la evolución médica de los dos atacantes, sino de la decisión de Alexis Mendoza. Finalmente él tiene la última palabra.  

LA ACTITUD Y LA DISPOSICIÓN

El mejor consejo lo entregó Walter Ribonneto en la entrevista que le concedió a El Heraldo, de Barranquilla:

"Los jugadores tienen que estar tranquilos y controlar la ansiedad. Deben pensar. Obviamente que la adrenalina en la cabeza está a mil, pero lo más importante es ser pensante. Tienen un resultado a favor. Junior no debe volverse loco en Medellín. Hay que pensar lo que más se pueda para no cometer errores".

El exdefensor argentino, campeón con Junior en aquella final de 2004 contra Nacional (marcó el 5-2 en la ida que llevó la definición a los penales), tiene razón: lo peor que pueden hacer los dirigidos por Alexis Mendoza es perder la calma y, sobre todo, la concentración.

Junior no puede cometer el mismo error que cometió Medellín en la vuelta de la semifinal, cuando se dejó intimidar por la tribuna, el entorno y toda la parafernalia que preparó la directiva verdolaga.

Entrar a la cancha del Atanasio inseguros, incrédulos y con desconfianza, es abrirle la puerta de la remontada al local.

Ventaja es ventaja y victoria es victoria. Junior va ganando la final y está a un empate de ser campeón. Con esa pensamiento y esa actitud se le debe jugar a Nacional.